Pregunta.- ¿Cuál es su personaje favorito de Los Miserables?
Respuesta.- Buenas tardes ante todo. Y gracias por su presencia. La de todos ustedes. Mi personaje favorito es Jean Valjean, por supuesto.
P.- Felicitaciones por haber llevado a término un trabajo que se antoja monumental. Traducir la “opera magna” en prosa de este gigante no es labor menor. Dos preguntas: En qué ha puesto usted el acento con respecto a traducciones anteriores ? Qué elementos había que “recuperar” o corregir ?
R.- Había que recuperar cortes de censura. Tengamos en cuenta que el libro estuvo en el Índice de Libros Prohibidos hasta la década de los 50 del siglo pasado. Y había que enmendar interpretaciones inexactas, debidas, lo doy por hecho, a que anteriores traductores no tuvieron todo el tiempo para investigar que me permitió Alianza Editorial ni todos los medios, que hoy en día son muchísimos, muchos más que antes.
P.- Saludos, María Teresa. En primer lugar, felicidades por éste y otros trabajos de similar precisión y vuelo poético. Quería preguntarte acerca de Pierre Michon. ¿Alguna nueva traducción a la vista para Anagrama?
R.- No de momento, snif… Pierre Michon me dijo hace un par de años que estaba muy cansado y que no tenía previsto de momento otro libro. Ojalá cambie de opinión. Creo que lo veré en Francia en 2014 en un congreso sobre el conjunto de su obra. Y estoy dispuesta a pedirle de rodillas que escriba un nuevo libro.
P.- Los Miserables tiene una gama muy amplia de personajes claves, cada uno de los cuales es muy distinto y muy complejo. ¿Había uno cuyas idiosincrasias se destacaban como muy fascinantes por el reto de traducirlas al español?
R.- La verdad es que todos son igual de interesantes. Los maleantes de París y su jerga fueron el mayor reto.
P.- El jefe de la policía, Javert, se ensaña en la persecución de un pobre muerto de hambre. ¿Podría prefigurar esto las distopías totalitaristas del siglo XX, como 1948 de Orwell o Un mundo feliz, de Huxley? ¿Cree usted que esto puede tener una lectura de actualidad en vista de la última legislación?
R.- Hhhmmm… pues la verdad, no lo había visto así. Pero sí creo que esos comportamientos, que habían ido cambiando merced a la lucha de muchos, están volviendo… Nos los están colando so pretexto de “crisis”.
P.- ¿Es difícil reproducir el tono de Victor Hugo para un lector del siglo XXI?
R.- Victor Hugo dice cosas muy complejas con una lengua bastante sencilla. Por supuesto, su tono es el propio de su época yhe intentado que se note en castellano que es un libro escrito en el siglo XIX.
P.- Hola, María Teresa. Enhorabuena por toda su trayectoria; seguro que su versión de “Los miserables” es excepcional. Mi pregunta:¿cuál ha sido el autor que más quebraderos de cabeza le ha causado? Me gustaría saber qué escritor le ha gustado más traducir. Gracias. Un saludo.
R.- Todos me han dado quebraderos de cabeza. Y traducir me gusta siempre. Del que más me costó coger el tono fue de Balzac. Y mis favoritos son Pierre Michon y Guy de Maupassant.
P.- Tiene una dilatada carrera. ¿Algún pesar? Y otra pregunta: ¿cuál de sus traducciones le produce más orgullo?
R.- Casi me da miedo decir esto (hay supersticiones que dicen que trae mala suerte). No, ningún pesar… ni en lo profesional ni en lo vital. Soy una mujer muy afortunada. De lo que estoy infinitamente orgullosa es de ser traductora.
P.- Hola, Maite. Me gustaría que nos explicaras cómo has trabajado el idioma, los registros, si has tenido muchas dificultades a la hora de mantener, digamos, un tono de época. ¿Recurriste a algún modelo de español literaria del XIX? Gracias por tu tiempo y un abrazo desde París.
R.- Hala, no puedo contestar a todo eso con detalle, por más que me gustaría mucho hacerlo. Tono de época… pues el tono del XIX me era ya bastante familiar cuando llegué a Hugo. Así que no, no muchas. Acabo de decir que lo más delicado fue el tratamiento de la jerga parisina de los maleantes. Ahí sí que sudé tinta, porque la experiencia con Genet no me valía. Genet era demasiado moderno. En cuanto a modelos españoles, no en concreto. Por supuesto un traductor tiene que tener interiorizada la “melodía” del castellano literario de la época a la que pertence el libro que está traduciendo. Pero si se ha leído suficientemente la literatura española del XIX pues ya se tiene esa baza adquirida.
P.- ¿Cuándo leyó por primera vez Los Miserables?
R.- A los 15 o los 16 años si mal no recuerdo. En francés, claro. Bueno, antes había leído una versión abreviada en la Bibliothéque verte.
P.- ¿Cuánto tiempo dedicó a la traducción del texto? ¿Cuánto tiempo le habría dedicado, si no hubiera tenido ninguna limitación?
R.- Tuve la suerte de que Alianza tuvo mucha paciencia. Entre borradores, investigaciones, pasar a limpio… más de tres años. ¿Cuánto tiempo más? Creo que no más. Hay un momento en que la fruta madura y se cae de la rama. Aunque ha bastado que el libro estuviera ya editado para que cayera en la cuenta de algunos giros que habrían sido mejores. Pero grosso modo la fruta pasó por todos los procesos necesarios y maduró del todo. Y se lo tengo que agradecer a la editorial, que me lo permitió.
P.- ¿Cómo es posible que a estas alturas esta sea la primera traducción íntegra de la obra?
R.- Pues a ver… primero por razones de censura, como he dicho antes. También porque es una obra muy larga y en muchos casos se han editado ediciones abreviadas, aligeradas. Pero sí hay otras traducciones íntegras, en el sentido de que no falta nada. Lo que pasa, como también he dicho hace un momento, es que ha habido cosas poco investigadas o mal interpretadas, insisto en que harto probablemente por falta de medios, no por incompetencia de los traductores. Así que tómese lo de íntegra también en el sentido de que está investigada muy a fondo recurriendo a la posibilidad que existe hoy en día de meterse en la Biblioteca Nacional francesa, por ejemplo, desde tu propia casa.
P.- ¿Ha utilizado las traducciones anteriores de Los Miserables de algún modo para hacer usted la suya? Gracias y enhorabuena
R.- No. Eso es algo que nunca hago. Leerlas sí he leído unas cuantas. He incluso he consultado varias a otros idiomas con ayuda de colegas que saben esos idiomas y me echaron una mano en eso. Pero utilizarlas, no.
P.- ¿Qué valores destacaría de Los miserables para la sociedad de hoy?
R.- Los resume Hugo en su brevísimo prefacio al libro. La lucha contra la miseria. Que sigue y sigue y sigue…
P.- Los miserables es de alguna forma hija del Discurso de la miseria de Victor Hugo. Este ha pasado a la historia como uno de los padres del pacifismo y de la unidad europea, ¿se podría pensar en la actitud de Jean Valjean como un arquetipo de ese ideal?
R.- Pues… Jean Valjean es quizá demasiado “manso”… demasiado bueno. Pero Hugo sí, Hugo sí que fue un arquetipo de luchador, un luchador espléndido.
P.- ¿Cuánto tiempo ha tardado en traducir una obra así? ¿Económicamente le sale rentable?
R.- Rentable… depende. Para vivir una vida sin lujos tremendos, y no aspiro a otra cosa, creo que sí. Como sucede en tantos y tantos trabajos, por lo demás.
P.- Enhorabuena por hacerte embarcado -y salir indemne- de tan titánica tarea… ¿Qué enseñanza crees que nos puede aportar en esta tan terrible época nuestra este libro?
R.- Pues que, a pesar de todo, ésta es menos terrible (en el llamado primer mundo, quiero decir). Porque al menos las injusticias y la miseria ya no se consideran lo normal. Las sigue habiendo, pero tienen “mala prensa”. Y nos rebelamos. En estos años estamos viendo cómo nos quieren meter en cintura, pero nos rebelamos. Si no todos, al menos los suficientes para que se nos oiga.
P.- Señora Gallego, buenas tardes. No cree que está muy poco reconocida la labor que hacen ustedes? Conocemos infinidad de escritores, pero muy pocos por no decir ningún nombre de los traductores y lo mismo ocurre en el cine. Vemos la película y no nos damos cuenta del valor del doblador y con los libros ocurre lo mismo. Enhorabuena por el trabajo que realizan aunque muchas veces sea desde el anonimato. Saludos
R.- Poco a poco eso se va corrigiendo. La prueba de ello es esta entrevista digital. Pero sí, aún queda camino por hacer… Es importante que el lector sepa que estamos ahí. Por muchos motivos. Uno de ellos que exija a las editoriales buenas traducciones, hechas en condiciones que permitan un trabajo óptimo del traductor, Muchas ya lo hacen… por desgracia, no todas.
P.- ¿Cuánto le costó traducir la frase de 800 palabras, considerada la más larga de la novela y de la historia de la literatura?
R.- Pues… no sé ahora mismo qué frase es. Pero yo creo que Proust las tiene más largas. También es verdad que una frase puede ser larga y no ser especialmente difícil y en cambio un título de tres palabras te puede llevar días para dar en el clavo.
P.- ¿Hay traducción fácil?
R.- Seré breve: No.
P.- Me llama la atención que este libro no se publique en una colección de grandes autores sino en una “biblioteca de traductores”. ¿Acaso prima la labor del traductor sobre la del autor?
R.- A ver… Sin el escritor no habría traductor… Pero sin el traductor el escritor se quedaría dentro de sus fronteras. El traductor no prima sobre el escritor. Pero, aunque el deber del traductor sea volver a escribir esa obra en otro idioma lo más fielmente posible, no es menos cierto que no todas las traducciones son idénticas. Cuando de un clásico existen varias traducciones, está bien que el lector lo sepa y pueda elegir. Y tener quizá su traductor favorito… Yo le estoy muy agradecida a Alianza Editorial por haber creado esta colección, no puedo por menos de decirlo.
P.- Buenas tardes, María Teresa. He disfrutado mucho gracias a sus excelentes traducciones, por lo que le estoy muy agradecido. Querría preguntarle cuál es, en su opinión profesional o merced a sus gustos personales, la mejor traducción para acercarse a La recherche,de M. Proust. Gracias, enhorabuena por su trabajo.
R.- Buffff… Ardua pregunta… No me lo tome a mal, pero sólo diré que todas ellas permiten acercarse a Proust con gusto y provecho.
P.- Creo que usted se ha dedicado durante la mayor parte de su vida a la docencia. ¿Es la única forma de vivir de la traducción literaria, combinándola con otro empleo remunerado?
R.- No, no… Hay bastantes colegas que son sólo traductores. Por lo demás, se pueden compaginar varios tipos de traducciones, literaria, técnica, jurídica, comercial… En el fondo el hecho de traducir es siempre el mismo.
P.- Buenas tardes, María Teresa Según usted, ¿cuál es la mejor cualidad del francés y cuál la del castellano? ¿Una tiene mayor riqueza que otra, quizás? ¿En qué lengua se siente usted más cómoda? Creo que he hecho más de una pregunta. Un placer charlar con usted.
R.- Bueno, yo soy una enamorada incondicional del francés.Pero las dos lenguas son infinitamente ricas. El francés se presta más al ingenio, al juego de palabras, por sus características fonéticas, su homonimia. Pero el castellano en cambio tiene otros recursos. Me siento cómoda en las dos. Y mi lengua materna es el castellano. Pero mi lenga de elección, la de mi corazón, si me pongo cursi, es el francés.
P.- ¿Cuáles son las dificultades mayores de traducción del estilo de Victor Hugo en esta obra?
R.- El vocabulario enciclopédico. Hugo sabe de todo y con todo detalle, desde el cultivo de la berza hasta las bóvedas de las alcantarillas, pasando por la forma de trenzar una cuerda para escaparse de una cárcel.
P.- Con todas las versiones que hay cinematográficas y musicales, en una sociedad como la actual en la que prima la imagen y lo digital, ¿qué le diría al lector para animarle a leer Los miserables?
R.- Pues no sé… quizá que hay cosas sin las cuales no está una vida completa del todo.
P.- Curioso eso de la primera … fidedigna. ¿Qué es la fidelidad en traducción? ¿El sentido? ¿La sintaxis? ¿El tono? ¿O todo bien revuelto, como en una tortilla? Vamos, yo no me termino de creer lo de fidedigna…
R.- Ya he aludido a ello antes… Se refiere a la investigación exhaustiva del vocabulario, de las expresiones… Es difícil de explicar en pocas palabras. Al conocimiento de qué había en la vida real detras de cada palabra…
P.- ¿Es necesario haber leído muchos clásicos para ser capaz de enfrentarse a la traducción de uno?
R.- Sí, es absolutamente indispensable. No puede haber un traductor compteente que no haya sido y sea y vaya a seguir siendo un lector voraz.
P.- Buenas tardes. Del mismo modo que preparar una comida de Navidad para una familia poco numerosa no requiere el mismo tiempo ni el mismo esfuerzo que preparar la comida de una boda con cientos de invitados, que además van a hablar de ella fuera del círculo íntimo, traducir una obra tan extensa, compleja y universalmente conocida no es lo mismo que traducir otra más “convencional”. ¿En qué se ha diferenciado esta traducción de otras (tiempo, apoyo logístico, recursos lingüísticos o culturales…).
R.- Pues la verdad es que todo eso hace falta para todas las traducciones. Este libro era mucho más largo. Y por eso ha exigido más tiempo. Pero recursos culturales, recursos lingüísticos, investigación… traducir cualquier obra literaria exige todo eso.
P.- ¿Cuál te parece el personaje más vulnerable de la novela?
R.- ¿Cuál te parece el personaje más vulnerable de la novela?
P.- Desde el punto de vista de la psicología de los personajes, ¿cuál de los dos principales le parece más interesante, más complejo, menos plano: Valjean o Javert?
R.- Javert parece plano… pero también es muy complejo. El capítulo de su muerte es impresionante.
P.- Simplemente quería darle la enhorabuena a María Teresa por su excelente labor como traductora. Por cierto, me encantan todos los Trujamanes que escribe.
R.- Muchísimas gracias.
P.- Hola Maite. Soy Emilio Monguió, un exalumno tuyo del IES Gregorio Marañón. Gracias por ser la mejor profesora (en general, en lengua francesa por descontado) que he tenido nunca. Me impresionó muchísimo “Las Benévolas”. Me gustaría saber qué es más desafiante para un traductor: un clásico universal o un autor moderno nunca traducido como Littell. Un abrazo muy fuerte.
R.- Cuánto me gusta saber de mis ex alumnos. Todo es un desafío en traducción. Eso es la bueno de la traducción. Y llámame un día para quedar, caramba…
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