Pregunta.- Señor Basterra, buenas tardes. Cree que el momento elegido para q el rey abdique en su hijo el príncipe Felipe es el mejor momento, teniendo en cuenta la estabilidad institucional y muy cerca de las elecciones europeas con el castigo de los partidos monárquicos (PP y PSOE) o debería haberse producido antes? Un saludo
Respuesta.- Es muy difícil encontrar un muy buen momento. Por un lado es un momento delicado ya que la situación política, económica y social del país es de pronóstico reservado al menos. El Rey es quien ha tomado la decisión, por varios motivos. Se ha dado cuenta de que su reinado ya no podía dar más de sí, su credibilidad y popularidad era difícilmente rescatable, su salud, aunque se recupera, no es la óptima para ejercer la jefatura del Estado en tiempos revueltos, y precisamente lo complejo de la situación requería un cambio profundo y enviar una señal de movimiento que remueva a la ciudadanía y a la adormilada clase política para sacarnos del socavón en que nos encontramos. Creo que es posible, con suerte, que actúe de revulsivo. Evidentemente el mal resultado de los dos grandes partidos nacionales hace más urgente un movimiento como el que ha provocado don Juan Carlos con su abdicación.
P.- ¿Como debería vender su imagen de demócrata Felipe 6º a la gran cantidad de ciudadanos que están pidiendo que se someta a un referendun sin que se vea mermada su “legitimidad dinástica”?
R.- Con gestos democráticos, eligiendo bien sus primeros pasos, acertando con su primer discurso, dando muestras de austeridad y con una conducta ejemplar, explicando bien que tipo de Rey será, estando muy cerca de los ciudadanos. No solo tiene la legitimidad dinástica sino la jurídica derivada de la Constitución. No creo que sea necesario que se someta de salida a un referéndum.
P.- Que opinión le merece los que proclaman el derecho democratico a elegir sin respetar el hecho democratico de haber elegido lo que hoy tenemos?
R.- Creo que hay que respetar la legalidad existente. La Monarquía como forma de Estado se eligió con la aprobación de la Constitución de 1978. Bien es verdad que medio país no pudo votarla por motivos biológicos y un problema serio que tiene la monarquía es que las generaciones más jóvenes no conectan con ella precisamente por esa distancia producto de la edad y de nuevas formas de vida.
P.- Señor Basterra, buenas tardes. Cree que el nuevo monarca, Felipe VI, va a ser capaz de mejorar la imagen tan deteriorada en estos momentos de la Monarquía española? Hasta qué punto le puede salpicar el caso Noos por el cual está siendo investigado el señor Urdangarín? Un saludo
R.- Es la gran pregunta. Entramos en un territorio y una fase de nuestra historia inexplorados. No habíamos vivido la transmisión de un Rey, que llegó después de una dictadura a su heredero. No solo la Monarquía está deteriorada en España, lo están también otras instituciones. Tendrá obligatoriamente que hacerlo porque en caso contrario la institución podría encontrarse en una situación muy difícil. Pienso que el llamado caso Noos no le salpicará, él está absolutamente fuera de este asunto y ha marcado desde el principio las distancias con su hermana Cristina y con su cuñado.
P.- A los que tenemos cierta edad se nos preguntó si queríamos una Constitución, entrar en la Otan, pertenecer a la Comunidad Económica Europea, el %u20AC, etc, ¿qué motivo puede haber ahora para que no se nos permita opinar si queremos una república o una sucesión dinástica de un Rey que no juró la Constitución, que juró los principios del Movimiento del 68?
R.- ¿Cada cuánto tiempo habría que opinar? ¿cada vez que se produzca una sucesión? El Rey sí juró posteriormente la Constitución de 1978. El rey trajo, junto con el pueblo, la democracia a este país y devolvió la soberanía a los españoles. Ha sido un Rey escrupulosamente demócrata.
P.- ¿con los nuevos reyes de españa, el crucifijo y la biblia seguirán siendo obligatorios en las tomas de posesión del presidente del gobierno español y de los ministros de dicho gobierno?
R.- No lo sé. No debiera ser en ningún caso obligatorio. Creo recordar que Felipe juró la Constitución de 1978 sin tener delante ni el crucifijo ni la biblia.
P.- Buenas Tarde. ¿Cree que Felipe puede tener un papel en el conflicto con Catalunya?
R.- Sí lo creo. Es el peligro más importante que afronta y justo al comenzar su reinado. Sin embargo, debemos rebajar las expectativas de lo que puede hacer un rey constitucional, sin poderes ejecutivos, solo simbólicos, de moderación, arbitraje y de estímulo. Pero habla catalán, se ha preocupado de aprenderlo hasta cierto punto, conoce la realidad catalana y podría actuar, con inteligencia y prudencia, en un sentido positivo para acercar las posturas de los dos bandos hoy tan enfrentadas y encalladas y ayudar en la búsqueda de una salida pactada.
P.- ¿Cree que Felipe VI será el último monarca español?
R.- No lo sé. No tenemos aun los elementos de juicio necesarios para afirmarlo. Pero me gustaría que lo hiciera bien y que pudiéramos continuar con una monarquía democrática que fuera útil y austera y que uniera a un país tan complejo territorialmente.
P.- No cree que la abdicación supone un paso adelante de la monarquía para abrir el camino de la renovación màs profunda, demandada por la sociedad?
R.- Supone una oportunidad para renovar la monarquía, para abrirla más a la sociedad y estimular un necesario proceso de modernización de España a todos los niveles.
P.- ¿Ha renunciado Rubalcaba para poder apoyar la imposición de Felipe y que el partido no pierda afiliados?
R.- Creo que no. Rubalcaba ha renunciado por el resultado catastrófico de su partido en las últimas elecciones. No se trata además de apoyar lo que usted califica de “imposición” de Felipe, que no es tal. Precisamente que Rubalcaba continúe como líder del partido facilita la llegada de Felipe, pero no sé si tanto la pérdida o no de afilados del PSOE.
P.- Buenas tardes, Francisco. Parece que en las crónicas de la abdicación se nos trate a los ciudadanos como súbditos que tenemos que agradecerle los servicios prestados. Yo corrí frente a los grises y, francamente, determinadas crónicas demasiado lisonjeras me ofenden. ¿ Compartes mi opinión?
R.- La lisonja desmedida, como todo lo excesivo, nunca es bueno, pero sí que creo que al Rey Juan Carlos sí tenemos que agradecerle, incluso los que corrimos frente a los grises, que hiciera posible el paso incruento de la dictadura a la democracia. Una democracia sostenible y estable que ha producido un periodo de paz, progreso, sí, a pesar de esta nefanda crisis, y concordia como no ha conocido España en toda su historia.
P.- Que les diria a los que agitan banderas republicanas y piden referendum? Gracias.
R.- Entiendo su actitud que es legítima. Pero al mismo tiempo tengo la sensación de que se está buscando una suerte de 14 de abril de 1931. Pienso que el debate monarquía república está abierto y es lógico que esté ocurriendo lo que vemos. Pero me pregunto si alguien piensa, después de reflexionar pausadamente, si la instauración de una III República arreglaría por sí misma los problemas del paro, la crisis económica, la disfuncionalidad de las instituciones.
P.- ¿Haría bien Felipe VI en derogar, 300 años después, el decreto de Nueva Planta de su antepasado Felipe V?
R.- Creo que no, además dudo de que pudiera hacerlo. Simplemente le diría que eran el Principado de Cataluña, el Reino de Aragón y el Reino de Valencia, además del de Mallorca, tienen hoy leyes e instituciones propias.
P.- Considerando la crisis de credibilidad que atraviesa el sistema (imputados en ambos partidos mayoritarios, incluso en el seno de la familia real, etc), ¿No es una medida d ehigiene politica y un autentico baño de legitimidad realizar un referendum?.
R.- El referéndum no solucionaría por si mismo ninguno de los problemas que aquejan al país. Las instituciones, la primera la monarquía, no sufren de un problema de legitimidad. Lo que necesitamos es que cambien su manera de actuar, que se relegitimen por un ejercicio democrático de sus funciones. que conecten con las aspiraciones y las necesidades de los ciudadanos. Y, muy importante, que la ciudadanía, que cada uno de nosotros, también reaccionemos sacudiéndonos la pasividad, la apatía, y el enorme desánimo y pesimismo que nos aplasta a todos.
P.- Sr. Bastera, ¿cree que eventualmente se celebrará un referendum que culmine con una república?
R.- Creo que no. Y si eventualmente se celebra una consulta popular no estoy seguro de que acabase con una república. ¿Usted ha pasado revista y ha estudiado a fondo lo que fueron las dos repúblicas que tuvimos? Existe una nostalgia de una II República que no fue, bien es cierto que no la dejaron ser.
P.- ¿Tiene la monarquia capacidad de unir a todas las comunidades del Estado?. ¿No pueden usarla precisamente como un elemento diferenciador?
R.- Creo que una de las virtualidades más importantes de la monarquía reside precisamente en su capacidad integradora de todos los españoles, vivan donde vivan y voten a quien voten. Parece que CIU y PNV van a abstenerse en la próxima votación de la ley de abdicación del Rey Juan Carlos. Precisamente dos nacionalidades que a menudo piden que el Rey abra su paraguas sobre ellas.
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