Pregunta.- Vaya viaje que le mandas a Richard Branson en tu columna. ¿No tiene algo bueno?
Respuesta.- ¡El que merece! Respecto a cosas buenas de Branson…sí, se come bien en su casa. Invitó a varios periodistas a su mansión londinense cuando inauguró sus (desgraciadas) tiendas Virgin en España. Y tenía en el comedor una de esas mesas infinitas, tipo banquete vikingo. Chula.
P.- ¿Te gusta la Soca de Trinidad y Tobago? ¿algún artista que recomiendes?
R.- Arrow, Arrow y Arrow.
P.- Diego,¿qué sabes de Antonio de Miguel,uno de mis plumillas de referencia en mi juventud?Llevo la tira de años sin saber nada de él,y era una de mis firmas favoritas entre la crítica musical…¿Por dónde anda? Por cierto,encantado de haberte conocido en la Semana de la Risa de Bilbao,lástima que el debate sobre la movida madrileña no diera más de sí por culpa de “yo,mí,me,conmigo” Luis A.de Villena.
R.- Sí, Antonio era espléndido. Pero dejó las incertidumbres del periodismo freelancer para trabajar en una discográfica. Tuvo luego una idea genial, “El libro de la música”, un anuario de todas las direcciones y contactos del negocio de la música en España. Espero que siga, aunque supongo que le habrá afectado el hundimiento del negocio musical y el espejismo de todo-está-en-Internet.
P.- Me ha sorprendido eso que cuentas hoy en Facebook, que Rosa Montero fue la persona que te introdujo en El País.
R.- Cierto. Ella llevaba “El País Semanal” y necesitaba que alguien cubriera el mundo del video doméstico, entonces gran novedad: VHS, Beta etc. Fue una experiencia bastante tremenda. En aquellos primeros años, todavía no habían entrado las multinacionales del cine y el mercado estaba copado por pequeñas compañías que tenían los derechos de cine español (y europeo) más algo de serie B del cine USA. Abundaban los caraduras y los impresentables, aunque siempre eran divertidos. Recuerdo una feria en Barcelona donde nos invitaron a una presentación nocturna. Te daban la mitad de un “Vale por una consumición”. Cuando llegabas al local, se supone que te daban la otra mitad y tenías derecho a “una consumición”. El lugar era un bar de alterne y la consumición no era alcohólica….
P.- Te he escuchado hoy en la SER y Rosa Montero ha puesto una música judía preciosa. No la reseñan en la página web ¿te acuerdas de quiénes eran los interpretes? Y el título, por favor.
R.- Era “Lustige Hasidim”, de Margot Leverett & The Klezmer Mountain Boys. Un disco ya no digo que independiente: ultramarginal. Margot es una clarinetista clásica que, para divertirse, mezcla la música klezmer del Este de Europa con instrumentos del bluegrass sureño. La selección de Rosa ha sido, con mucho, la más atípica de todas las que han pasado por la sección.
P.- Hola, ¿han sido los Delinqüentes el Pink Floyd de este siglo?
R.- Deja de tratar con ese camello pero YA!
P.- ¿Conoce las recopilaciones de sellos de los años 50 y 60 que está editando One Day Music?
R.- Muy buenas, a veces bastante imaginativas. El debe es que sus textos son banales y la información casi inexistente (te vuelves medio ciego para leer los autores y la fecha de grabación, que son los únicos datos que ofrecen). Lo compensa el precio pero los diseñadores están creado ¡una generación de ciegos!
P.- Hola, una vez le leí que Neil Young había sido demandado por su disquera por hacer discos “no característicos”. Me gustaría saber más detalles y ¿cuál sería el disco menos característico de Neil?
R.- Se referían a “Re-ac-tor” o “Trans”, cuando Neil estaba enloquecido con el vocoder y las máquinas musicales. Lo que me pareció intolerable es que el dueño de la discográfica, David Geffen, que iba de defensor de los artistas, se atreviera a demandar a Neil con semejante argumento. Había argumentos económicos -la cantidad que se pagaba a Neil a la entrega de cada dusco era altisima- pero el gesto fue repugnante. Reveló el verdadero perfil de Geffen, al que reservo el mismo desprecio -no, mayor- que a Richard Branson.
P.- Una pregunta indiscreta, Manrique. ¿Celebras el Halloween? De qué te disfrazas, si se puede saber.
R.- ¿Halloween? ¿Esa fiesta que alborota el centro de la ciudad? Lo encuentro detestable…espera, no. Una vez coincidí con el Halloween en Los Ángeles y las calles estaban llenas de brujitas con look sado-maso. Con gusto me hubiera unido al desfile pero tenía prisa por llegar a Tower Records, que abría hasta las doce de la noche. La de cosas que hemos sacrificado por el vicio de los discos…
P.- Cree que las ciudades influencia la música? Habría The Smiths sin Manchester? o Los Beatles sin Liverpool? O se están diluyendo ahora con el avanzo de Internet?
R.- Buenisima pregunta, imposible de responder asi como asi. Está claro que el aislamiento de Liverpool respecto al resto de Inglaterra o la altivez de Manchester, antigua capital industrial del Imperio, marcaron a sus músicos. La amenaza de Internet es cierta: cada vez son más los grupos sin raices, sin sabor local, sin identidad más allá de las consignas universales…
P.- No sé si viste la tienda iTunes tras la muerte de LOU REED. Era todo compra, compra, compra música del fallecido. ¿No te parece una falta de respeto?
R.- No, no es ninguna falta de respeto. En los días siguientes a la muerte de un artista, se venden grandes cantidades de sus discos. Y eso es BUENO. Lo contrario sería esnobismo del peor: “Lou Reed solo para los auténticos fieles”. Nunca he comprendido ese furor de los puristas contra las discográficas que sacan un recopilatorio que, muy posiblemente, se preparó cuando se supo que el artista estaba mal. Hubo una polémica tras el fallecimiento de Antonio Vega que me resultó no sé si estúpida o hipócria: si supieran las cosas que hacía Antonio para arañar dinero a disqueras, editoriales, locales….seamos serios: la primera ley es sobrevivir; la segunda, dejar algo a las personas queridas; la tercera, no caer en el olvido.
P.- En tu esquela por Lou Reed, no cuentas cómo terminó tu entrevista con Lou en Barcelona. ¿Pudor, censura o autocensura?
R.- Autocensura. Es una anécdota que, lo he comprobado, no se entiende bien. Y quería huir del tópico de esto-me-pasó-con-Lou-Reed: amigo plumilla, esas cosasa siempre ocurrían cuando te encontrabas con Lou Reed. Lo conté una vez, en mi libro “Jinetes en la tormenta” y ya basta.
P.- ¿En qué momento la figura de Lou Reed fue aceptada y adoptada en España por la progresía como sinónimo de rock-literario-adulto-de calidad?
R.- Siempre tuvo ese prestigio, paradójicamente por la asociación con Warhol. Y por esa equivocada asociación de Lou con la heroina, que le conectaba con William Burroughs. Lo de la responsabilidad moral de Lou, si la hubiese, merece más reflexión. Pero conviene recordar que Lou apareció en el imaginario de los rockeros españoles durante los años 70, cuando no había información fiable y los mitos circulaban como moneda dorada.
P.- Hola. ¿Qué papel de verdad jugó David Bowie en Transformer?
R.- Un papel extraordinario, aunque los méritos deben compartirse con Ken Scott (ingeniero) y Mick Ronson (a modo de director musical): Bowie estaba tan ocupado que, según algunos de los implicados, no le dedicó el tiempo necesario. Aún así, no es casualidad que se trate del disco más vendido de la carrera de Lou. Bowie, además, estaba en racha: sus producciones en 1972 eran acierto tras acierto.
P.- Me encanta el último dicazo de Guzmán “Sentado en la cumbre del mundo”. Nunca ha habido justicia con Canovas, Rodrigo, Adolfo y Guzman. Rodrigo García es uno de los mejores letristas y los últimos discos de Guzman son fantásticos. ¿qué opinión le merecen don Diego?
R.- Admiración. Frustración por un mercado que nunca haya reaccionado ante tanta belleza. Y algo de risa por las manías de Rodrigo: cuando volvieron como cuarteto, se empeñó en demostrar que había girado hacia la derecha. Si sabía que le iba a entrevistar un periodista de “El País”, iba alardeando de que su periódico era el “ABC”. Tolero todo tipo de ideologías pero aquellos gestos me parecieron…pueriles.
P.- Hola señor Manrique. Hace tiempo que ando buscando material acerca de Stax Records. Por la red, todo lo que he encontrado es “Soulsville, U.S.A.: The Story of Stax Records”. ¿Lo conoce? De ser así, ¿lo encuentra recomendable? Soy todo oídos por si me puede ofrecer también otras alternativas sobre el sello, ya sean libros o documentales (no me importa que sean en inglés, doy por hecho que en castellano es imposible). Muchas gracias.
R.- ¿El libro de Rob Bowman? Posiblemente, el modelo por el que se deberían medir todas las historias de una discográfica. Certero en sus juicios musicales, paciente para desentramar la caída financiera de la compañía, prudente al hablar del cambio de clima que trajo el black power y sus pistoleros. No encontraras nada mejor sobre Stax. Hasta fascinó a los compañeros del “Ruta 66”, que no son precisamente adoradores de la música negra.
P.- ¿Qué opinión te merece la carrera de Jack White en solitario y su álbum Blunderbuss?
R.- Me encantó “Blunderbuss”, detesté el horroroso volumen de sus presentaciones en directo (por lo menos, la de la Riviera en madrid). Y me entretiene Jack con esos lanzamientos deluxe que hace en Third Man Records, como esa monumental caja de Paramount.
P.- -Hola,Diego.Jack White.¿Mejor con White Stripes,Raconteurs,Dead Weather,en solitario,%u2026o de ninguna de las maneras?
R.- ¡Por favor! Los White Stripes supusieron un cambio revolucionario: sonido primitivo, reivindicación del blues, imagen cuidada. Y estaba Meg…
P.- ¿qué opinión tiene de Julian Ruiz como productor? ¿y su faceta de cronista deportivo?
R.- Sí, ya sabía que Julio Ruiz había sido cronista deportivo pero ¿productor? No me le imagino utilizando su dialéctica para resolver un conflicto musical en el estudio. ¿Qué? Ah, JULIÄN Ruiz. Vamos a ver….¿tienes tres horas? Es que se trata de un tipo complejo, por decirlo suavemente.
P.- No sé si has leído esa noticia que habla de un plan del presidente de RTVE para convertir R-3 en una radio-fórmula. ¿Algún comentario? http://www.elboletin.com/contraportada/86870/echenique-plantea-radio-tres-replica-cuarenta.html
R.- A ver, me parece que CCOO tira contra Leopoldo González Echenique por elevación. La andanada va contra Tomás Fernando Flores, el actual director de Radio 3. Es un sindrome relativamente frecuente entre los directores de la emisora: quieren ser Rafael Revert, el fundador de los 40 Principales. Quieren hacer éxitos, quieren someter a la indusfria discográfica, quieren ser lamidos suavemente por los artistas. Olvidan que la música creativa solo tiene públicos minoritarios. La obsesión por las grandes audienciaz es un espejismo. Degradan la programación en busca del Mítico Oyente Juvenil, que en la vida real tiene miles de ofertas de entretenimiento, incluyendo las radiofónicas. El rebajar los criterios, el seguir las modas, el eliminar la variedad son reacciones automáticas y pusilánimes que generalmente lo que consiguen es enfadar al público fiel
P.- Qué piensa del posible desmantelamiento de radio 3 para reconvertirse en radiofórmula?.Cree que se llevará a cabo?
R.- Supongo que es un malentendido o un argumento capcioso para atacar el actual desastre que es Radio 3. Cualquier aproximación de R3 a la radio-fórmula sería suicida. Existe un informe de una consultoria, a la que se pagó una cantidad enorme para que hicieran una valoración de toda la programación de Radio Nacional. Los supuestosa expertos determinaron que Radio tres era “prescindible” ya que no diferenciaba su oferta de la de las radiofórmulas. Un error de bulto pero que señala el flanco debil de la emisora: si pierde su carácter y se asemeja a las radiofórmulas, puede llegar cualquier economizador y acabar con la emisora.
P.- ¿Por qué se empeña TFF en crear más programas aún del indie más mainstream y electrónica mientras arrincona programas joyas como Islas de Robinson, Melodías Pizarras, o la Nube (que ya no se llama así)? Menos mal que nos queda El Sotano
R.- ¡No señales! Si dices cosas buenas de “El sótano” o demás programas atípicos, es posible que sea catapultado a la obscuridad de la noche profunda o a la mínima existencia de los programas de fin de semana.
P.- A raíz de la injusta polémica que se desató en tu blog acerca del sobar sonidos occidentales y esquivar lo que se sitúa fuera del canon occidental, ¿No se siente molesto dada su trayectoria?
R.- Personalmente, lo sentí como injusto. Y enseguida degeneró en acusaciones absurdas: que había usado el adejetivo “étnico” en un tuit. Si no entienden que esa palabra es más corta que “autóctono”, no intenten explicarles la regla de los 140 carácteres.
P.- Muy bueno lo de George Harrison en el blog. No te hacía yo muy de George, siempre defiendes a McCartney
R.- Fue un poco frustrante. Nadie comentó nada sobre la intervención de Harrison en el drama de Bangladesh. Entraron en tromba los defensores de la santidad de John Lennon y los denunciadores del colonialismo. Llegó a sugerirse que Inglaterra debería abandonar el Ulster y llevarse a todos los descendientes de los colonos protestantes, manchados por el pecado original de haber sido la mayoría hegemónica…limpieza étnica, en otras palabras.
P.- En su reciente libro sólo hay una pequeña referencia a Ray Davies y los Kinks. Entiendo que no hay sitio para todos, pero seguro que tiene anécdotas que contar y alguna opinión interesante que compartir. ¿Le apetece llenar el hueco?
R.- Mi amor por los Kinks es máximo, pero nunca tuve al alcance a Ray Davies. Y leyendo algunas de las cosas que dice últimamente, no estoy seguro de que me divirtiera con él. Sí que es cierto que les debo un programa, una serie de programas, una entrada en el blog, una serie por capítulos….los Kinks están muy unidos a mi vida, por razones que expliqué en una doble página a corazón abierto en el viejo “Disco Expres”.
P.- ¿Cómo ves el papel del crítico musical en la actualidad? ¿Crees que seguis siendo igual de odiados por la industria o internet a ayudado a difundir más vuestro trabajo?
R.- Hmmm…el mismo de siempre -explorar, compartir- pero más empequeñecido, por el guirigay de voces que es Internet. Tampoco pienso que seamos “odiados” por la industria: nos ven como bichos raros que siguen extraños criterios.
P.- Una amiga me preguntó hace poco cómo me gustaría morir. Sólo sé que,llegado el momento, quisiera hacerlo con una buena banda sonora de fondo. Dígame, por favor, una canción para morir. Gracias, don Diego. Un abrazo.
R.- Esto no me lo…esperaba. ¿”What a wonderful world”? ¿”Sitting on the dock of the bay”?. Por mi gusto, “You cant always get what you want”, de los Stones, aunque acelera demasiado para esos momentos tan delicados. Bah, una “Garota de Ipanema” bastaría.
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