Pregunta.- Buenos días. Las dos repúblicas que ha habido en España han terminado. por así decirlo, como el rosario de la Aurora. Nadie conoce al presidente alemán o al italiano. Son figuras meramente decorativas. ¿Porqué tanto empeño en una nueva república?
Respuesta.- Hay muchas formas posibles de articular una República, igual que una monarquía. Todo eso puede y debe ser debatido. Pero una República debería defenderse desde dos ópticas. La primera, por principio y convicción democrática, esto es, por considerar que todos somos iguales ante la ley y no hay excepciones. La segunda, que el republicanismo también son una serie de valores y principios, entre los cuales el más importante es el de la participación. Y ello nos interpela sobre una forma de entender la democracia y la política que va más allá de las elecciones cada cuatro años y que convierte al ciudadano en sujeto político activo durante todo el mandato y no sólo durante el momento de la votación. Una nueva política, nuevas reglas de juego, que se puede construir en este momento.
P.- Enhorabuena por los resultados obtenidos el 25M. Las próximas elecciones se regulan por la Ley DHont. ¿Cree que existe otra alternativa a ir de la mano de Podemos, y de cuantas fuerzas de izquierda puedan reunir?
R.- Muchas gracias. Las próximas elecciones generales se realizan bajo la ley electoral de las circunscripciones, que es el verdadero problema y no tanto la ley Dhont, de modo que se pierde la proporcionalidad. Y ello es un problema para los partidos como Izquierda Unida y PODEMOS, entre otros. Ello significa que debemos ser inteligentes y audaces y trabajar en algún tipo de confluencia electoral que evite que la ley electoral nos perjudique en demasía. Claro que hay que hacerlo bien, porque a veces en política la suma de 1+1 puede ser incluso 0,5, mientras que otras veces puede ser 5. Depende de un análisis serio y riguroso de las potencialidades y de los riesgos, pero yo soy optimista.
P.- Hola Alberto. ¿Articularéis un proceso de primarias abiertas en IU? ¿Te postularías? Un abrazo.
R.- En los estatutos se contempla la posibilidad de que haya primarias a los militantes para la elección del candidato a las generales, siempre que, naturalmente, haya más de un candidato. Ya ocurrió en 2007. Entre todos los compañeros deberemos ver quiénes son las mejores opciones para un proceso de esa naturaleza, y valorar si debemos presentarnos. Aún queda mucho para tomar decisiones así, que además sólo nos hablan de las figuras públicas y no del proyecto político. Creo que hay mucho más que hacer antes.
P.- Hola Alberto. ¿A quién propondrías como presidente de la III República? Danos un nombre, o algunos. Saludos
R.- Bueno, es un poco de política ficción porque depende del tipo de república que tuviéramos. Pero no sonaría mal tener como presidente a Julio Anguita, ¿verdad?
P.- ¿Se puede decir que la España actual es menos democrática en algún aspecto que la II República?
R.- Creo que primero tendríamos que definir qué es democracia. En el aspecto procedimental, es decir, en términos de las reglas de juego, España es una democracia de mínimos o de baja calidad. Porque se permite la participación electoral de partidos y la votación por parte de los ciudadanos, pero en un proceso rígido, dirigido por partidos no necesariamente democráticos y donde una vez depositado el voto los ciudadanos no pintan prácticamente nada. Hay mucho que mejorar de esa democracia procedimental. Y si definimos la democracia por la capacidad de la gente de poder desarrollar una vida digna, es decir, por el acceso a la vivienda, salud, educación, entonces sencillamente no podemos decir que exista democracia. Y la II República, siendo en un momento histórico de mucho menos desarrollo económico, tuvo muchos elementos de mayor democracia. El más elemental, que la jefatura de estado estaba sometida a elecciones.
P.- Cuando habla de realizar una auditoría de la deuda pública, ¿Por qué motivos la califica de ilegítima? Gracias.
R.- En el terrible diseño de la Unión Europea hemos asistido a cómo el Banco Central Europeo se ha “independizado” de la voluntad democrática de los ciudadanos europeos, incluso porque prohibe de forma estatutaria la posibilidad de prestar directamente a los Estados que lo necesiten. Eso ha llevado a que durante la crisis, cuando los Estados han necesitado dinero hayan tenido que pedírselo prestado a los bancos. Los bancos a su vez lo habían recibido del BCE, que es por definición dinero público. Así, el esquema es muy obvio: dinero público prestado a Estados a través de unos intermediarios que se han hecho de oro -cuando además son los responsables y los rescatados-, con un incremento espectacular de la deuda de los Estados. Todo ello hay que valorarlo, por razones morales pero también por razones técnicas. El nivel de deuda es impagable y es un círculo vicioso que restringe la capacidad de salir de la crisis. A Alemania en 1953 se le perdonó gran parte de la deuda para que pudiera reconstruirse. Son decisiones necesarias.
P.- ¿Crees que hay que salir del Euro? ¿Qué piensas del Tratado de Libre comercio entre Europa y USA?
R.- Sobre el Tratado de Libre Comercio te sugiero que eches un vistazo a un documento que hemos elaborado y que de forma pedagógica explica los elementos fundamentales de ese acuerdo que se está negociando prácticamente en secreto. Está aquí: http://www.agarzon.net/50-preguntas-y-respuestas-sobre-el-tratado-de-libre-comercio/ Y sobre el Euro, es una cuestión que requiere un análisis suficientemente extenso que no cabe aquí. Pero en resumidas cuentas podría concluir que la entrada de España en el euro fue un error, porque el diseño era un fracaso y porque suponía una camisa de fuerzas que reforzaba la nefasta trayectoria económica de la Unión Europea -de apuntalar dos modelos económicos que se necesitan mutuamente y que son fuente inagotable de desequilibrios comerciales, llevando a una realidad de centro-periferia-. Pero la elección de salir no se deriva necesariamente de ese análisis o diagnóstico. No es lo mismo no montarse en un avión que lanzarse desde él en pleno vuelo y sin paracaídas.
P.- Tres en una ¿Piensas que hay algo detrás del encumbramiento mediático a Pablo Iglesias?
R.- Pienso que no, más allá de su notable capacidad para comunicar y conectar con los espectadores. Durante la campaña electoral los que más coparon la televisión fueron PP y PSOE, y perdieron millones de votos. No se sigue de ahí que la aparición en televisión, que es necesaria para llevar más lejos los mensajes, suponga necesariamente un éxito electoral. Mario Conde o Elpidio Silva son ejemplo de ello. Algo habrá de fondo en el éxito que es de carácter político.
P.- Hola Alberto. No creo que hagamos ningún favor a la causa republicana portando banderas tricolor todo el rato en las concentraciones. La apropiación de los símbolos republicanos por parte de la izquierda creo que está teniendo un efecto contraproducente. Estoy seguro de que mucha gente apoyaría la república pero le tira para atrás el que no se sienten de izquierdas y ven la tricolor en todas las manifestaciones. ¿Cómo convencer a gente que no es así?
R.- Está claro que las etiquetas -tales como izquierda o república- tienen connotaciones ideológicas que mueven políticamente a los ciudadanos. Es el resultado de lo que en términos marxistas llamaríamos la ideología dominante. Y es cierto que lo que importa es el programa, quedando en segundo lugar elementos litúrgicos como etiquetas, banderas o siglas. Pero también es verdad que este país necesita su memoria, que fue usurpada por los golpistas. Francia fue liberada del fascismo con una columna republicana española, de tal modo que la bandera tricolor está asociada a la lucha por la democracia y contra el nazismo. Aquí, sin embargo, nos han saqueado nuestra historia. Y es naturalmente necesario recuperarla, porque de lo contrario no tendremos todos los elementos necesarios para construir el futuro.
P.- ¿Costaría más una República que una Monarquía en España?
R.- Depende del diseño concreto de la institución, dado que hay muchas combinatorias posibles. Es algo para el debate posterior.
P.- ¿No cree usted que con una democracia tan joven, un pais “tan caliente y convulso” y una sociedad no especialmente civilizada por el momento, la Monarquía pueda ofrecer cierto equilibrio institucional, de diplomacia y de embajada con el exterior a día de hoy? Gracias
R.- Uno de los propósitos del libro “La Tercera República” es precisamente el de repasar la historia política del republicanismo. Y ya desde la antigüedad la monarquía estuvo asociada a una forma de entender la política según la cual se excluía a los pobres de la posibilidad de tomar buenas decisiones, y se concluía de esa forma que los deseos de los pobres deberían compensarse con instituciones de los ricos, tales como la Monarquía o el Senado. Yo no comparto esa visión elitista de cómo funciona la democracia o la política. Creo que más que Gobiernos mixtos, que es el concepto que resume esa visión elitista, necesitamos una democracia donde todos seamos iguales y donde se fomente el debate sano y bien informado. Es decir, comenzar aceptando que todos estamos capacitados para hacer política pero que tenemos que formarnos como ciudadanos políticos. Ese debate lo llevamos arrastrando desde la Antigüedad (por ejemplo el debate entre Protágoras y Sócrates al respecto), pero está siempre en el fondo de las cuestiones de actualidad. Política de élites o democracia.
P.- Hola Alberto. Con la constitución actual, ¿el gobierno puede hacer una consulta no vinculante a todo el pueblo sobre algún tema (por ejemplo, monarquía o república) sin que el TC la rechace? Un gobierno del que IU sea parte, ¿lo haría?
R.- Lo que nosotros exigimos es una consulta no vinculante, que opera dentro de la ley y que puede convocarse libremente por el Gobierno. Lo que ocurre es que si saliera que los ciudadanos queremos la República, entonces el Gobierno se vería en la obligación moral y política (nunca legal) de abrir un proceso constituyente o una reforma a fondo de la Constitución. Desde luego IU lo haría.
P.- Hola, Alberto. ¿Tu nuevo libro es solo apología de la república (cosa que está bien) o contiene además un plan concreto de acción? Imagina que después de ponernos de acuerdo para instaurar la Tercera República nos sale una conservadora o reaccionaria. Un riesgo del que tú, Anguita y otros ya nos teníais advertidos. Un saludo.
R.- Es una apología de la república, desde luego, pero también una invitación a la formación política republicana. Y entendiendo aquí república como paradigma político desde el que analizar los fenómenos sociales, lo que significa ir mucho más allá de la simple elección o no del jefe de Estado. Y naturalmente nos habla del contenido que desde unas determinadas coordenadas ideológicas (las mías) queremos dotar a las nuevas reglas del juego democrático. Creo que es suficiente advertencia para un superficial debate República-Monarquía, pero desde luego no es motivo para ser conservadores.
P.- Hola, buenos días. ¿No va muy deprisa todo el proceso de sustitución?.¿es para evitar las manifestaciones en favor del referéndum? Muchas gracias
R.- Hay mucho miedo por parte del régimen político actual, es decir, por parte del bipartidismo (PP y PSOE), la monarquía y la CEOE. Ellos fueron los pilares de este sistema político que ahora está entrando en barrena, y saben que si quieren apuntalar la monarquía necesitan que el bipartidismo tenga suficiente salud como para hacerlo. Las elecciones europeas han significado un duro golpe para PP y PSOE y también han revelado un síntoma de fenómenos sociales que están en las profundidades: el descrédito de sistema político y el cada vez menor margen de PP y PSOE para controlarlo. Por eso tienen prisa, porque ahora les parece más seguro que más tarde. Y desde luego no controlan las manifestaciones ni las respuestas sociales.
P.- Si te pidieran ser el próximo candidato a la Junta de Andalucía, ¿lo aceptarías? Gracias y un saludo
R.- No, creo que ese no es mi espacio político en la actualidad. Izquierda Unida de Andalucía ha abierto un proceso de primarias abiertas en el que se podrán presentar cualquiera para ser candidato a la Junta de Andalucía. Personalmente espero que uno de ellos sea Antonio Maillo, quien ha revelado suficiente fortaleza política en la gestión de los problemas que ha enfrentado IU -como el de la Corrala, que finalmente nos han dado la razón- y que tiene una exquisita formación y aptitud para ser un candidato a la altura del tiempo político. Porque por un lado necesitamos nueva política y también líderes que la representen, pero por otro lado necesitamos liderazgos colectivos y no individuales. Y el trabajo del actual coordinador de IU Andalucía es de colaboración y cooperación continuada con otros compañeros, llevando una dirección efectivamente colegiada. Pienso que esas son las mejores formas.
P.- Si se celebrara el Referéndum y saliera que queremos una monarquía, ¿quée pasaría en partidos como el suyo?
R.- Pues que ya habríamos ganado espacio gracias a la apertura del debate, algo que hoy se nos usurpa, y que tendríamos la obligación moral de seguir haciendo pedagogía. El tiempo juega a nuestro favor, y mi generación muestra una clara preferencia hacia la república y una clara incomprensión de que exista hoy en día una monarquía corrupta en la jefatura de estado.
P.- Buenos días. Parece últimamente que la única forma relevante para ampliar la participación democrática son las primarias abiertas, ¿qué otras acciones contemplas?
R.- Las primarias abiertas son un mecanismo de apertura hacia la sociedad que se refiere únicamente a la elección del candidato. Y tiene elementos positivos y también elementos negativos. Si hacemos un diseño que neutralice los perjuicios que conllevaría (por ejemplo, que los candidatos más conocidos por mayor financiación tengan una ventaja añadida o que las organizaciones pequeñas puedan ser asaltadas externamente por alguna estrategia política rival) entonces es una buena noticia. Se necesita un análisis serio. Por otra parte, más allá de la elección del candidato debemos instaurar mecanismo de fiscalización de la gestión. Eso quiere decir hablar de revocatorios, rendición de cuentas, transparencia, etc. Porque elegir un candidato que después no “obedezca” a la militancia es un grave error.
P.- Buenos días Alberto, ¿no crees que lo más prioritario para avanzar hacia un cambio real es la reforma de la ley electoral? ¿Hacia donde iría vuestra propuesta de tal reforma? (Circunscripcion única o bien circunscripciones autonómicas)
R.- Efectivamente hay que abrir el debate. Dentro de la actual Constitución el margen es más bien estrecho, si bien hay posibilidades de hacerlo más progresivo. Pero para avanzar hacia una ley electoral realmente justa hay que hacer una reforma a fondo de la Constitución, lo que va dentro de nuestra política a favor del Proceso Constituyente. Y mis principios democráticos me exigen defender una ley electoral que imprima la lógica de 1 persona 1 voto.
P.- ¿Cuál fue el mayor acierto de la Transición? ¿y el mayor de sus errores?
R.- Sobre la Transición se ha construido desde las élites políticas y económicas un relato mitificado que ni siquiera podemos contrastar porque los documentos del Estado no se han desclasificado. Como mínimo tenemos que sospechar de que eso sea así. Pero por otra parte hay que entender que en España no se produjo una ruptura democrática y que el dictador murió en la cama tranquilamente. No tuvimos nuestra revolución de los claveles. Y como consecuencia la correlación de fuerzas no permitió llegar a un sistema plenamente democrático, lo que no es culpa del antifranquismo que hizo lo que pudo. Pero ahora tenemos el deber moral de superar todas las insuficiencias de aquel proceso, rompiendo de verdad con el cordón umbilical y pasando a ser mayores de edad en términos democráticos. A eso le llamamos nosotros un proceso constituyente.
P.- ¿No cree que IU ha pecado de inocente en términos electorales? Pablo Iglesias repitiendo machaconamente una docena de frases ha conseguido captar casi tantos votos como su partido desde cero. Yo voto IU, pero creo que nunca ha sido un partido capaz de captar votos, y sin votos no se puede aplicar un programa. ¿Van a adaptarse a esta nueva tendencia de hacer política? Un placer escucharle debatir y leer su obra.
R.- Sin duda en Izquierda Unida tenemos que hacer una reflexión crítica de nuestra actividad, tanto cuando perdemos como cuando ganamos espacio electoral. Es por salud política por lo que tenemos que hacerlo. Y pienso que ello implica hablar de que el programa es el elemento sustantivo de una formación, pero que debe acompañarse de una buena estrategia de comunicación que logre despertar la ilusión y la esperanza ciudadana. Sin duda es momento de avanzar en esa línea.
P.- Señor Garzón, buenas tardes. Tras el éxito de Podemos en las elecciones del pasado día 25 se ha especulado sobre la posibilidad de un pacto con IU tanto de cara a las municipales y autonómicas como generales. ¿Cuál es su posición al respecto? Un saludo
R.- Creo que ha pasado poco tiempo desde las elecciones europeas y que eso hace imposible un análisis sereno. Cada formación debe acometer una reflexión sobre lo que han sido estas elecciones y valorar cuáles son las estrategias necesarias para el futuro de cara a poder aplicar los programas electorales. Pienso que somos organizaciones diferentes pero que compartimos proyecto político, pues el núcleo fundamental de ambos programas es compatible entre sí, y que tenemos la obligación moral y política de no desperdiciar la oportunidad política que tenemos por delante. Pero hay que hacerlo con audacia e inteligencia, pues de lo contrario puede ser un fracaso. Por eso, ante todo, tranquilidad y política, es decir, programa y deliberación.
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