Pregunta.- ¡Buenos días Rodrigo! ¿Cómo se te ocurrió hacer un libro de tus tweets? me ha parecido un libro genial y tengo curiosidad por saber como nació esa idea.
Respuesta.- En realidad , la iniciativa es de Fabio de la Flor, el editor de DELIRIO (y, en este caso, delirios). Creía que los tuis con que un servidor iba experimentando en la cuenta de Twitter tenían un poso literario (sin tomarnos esto de un modo más grave de la cuenta) que funcionaría bien en forma de libro. Al final, un tuit es fungible por definición, un libro permite su sedimentación y contemplación -en el mejor de los casos- con ojos nuevos.
P.- Rodrigo, ¿cuál o cuáles son las obras literarias con las que más has disfrutado? ¡Gracias por tu tiempo!
R.- Qué sé yo: “La vida exagerada de Martín Romaña”, de Bryce Echenique, Becket, la obra de Richard Matheson, Kafka, Borges, los cuentos de Cortázar, Larra… También Stephen King en sus mejores obras, por qué no. Te recomiendo “Tengo una pistola”, de Enrique Rubio.
P.- ¿Es más fácil resultar brillante en 140 caracteres que en 1400 páginas? Y no te lo tomes como una pulla, que hablo de la brillantez ocasional del tuitero, y no de la recurrente de tu libro.
R.- Creo que sí: eso de que cuanto más corto, más difícil, es un mito. Es más fácil que alguien tenga un acceso de ingenio o brillantez y luego se dedique a pulirlo con esmero, que dar con la tecla en una novela de 200.000 palabras.
P.- Vi que tu libro estaba al lado de Abierto toda la noche de David Trueba. ¿Ha sido a tu voluntad?
R.- Si me pasara por cada librería colocándolo donde a mí me apetece, sería Kubrick. Por otro lado, me gustaría ser Kubrick. Buena compañía, en todo caso.
P.- ¿Qué es un aerolito?
R.- Hasta donde yo sé, una piedra caída del cielo. En mi caso, lo importante no es tanto la piedra como la pedrada.
P.- Me encanta tu espectáculo, mucho ritmo, mucha presencia, bailas estupendo. ¿Me prestas dinero para una cosa?
R.- Claro que sí. Llama, por favor, a cualquier teléfono al azar. Pregunta por mí.
P.- Resuélveme una duda que nunca entendí ¿ni una nominación a los Goya por Red Lights?¿Qué es lo que ocurrió?¿Enchufismo descarado hacia otras producciones prioritarias de ese año? Creo que tiene una dirección impecable y, aunque no gustase a la academia, sólo por elenco actoral, fotografía o sonido merecía estar ahí. Suerte con el libro!
R.- Es muy probable que les gustaran más, como mínimo, otras cuatro películas.
P.- ¿Puedes hacer algo para que salga (de una vez) “Concursante” en Blu-Ray? Gracias
R.- A mí también me gustaría. Que es otra forma de decir: “Poco puedo hacer”. Gracias por no escribir “El concursante”, Alá te lo recompensará con un número específico de vírgenes que ahora no recuerdo.
P.- ¿Vas a volver a dejarte el pelo largo, Rodrigo?
R.- ¡Y las uñas!
P.- Buenas tardes, Rodrigo. El otro día me encontré con una entrevista tuya en la radio en la que te preguntaban por una novela y confirmabas que tenías una a punto de publicarse. ¿Puedes contarnos algo más sobre el tema?
R.- Me encantaría, pero es que no sé usar bien este teclado. Gracias anticipadas por comprar, en su momento, una para ti y otra para regalar.
P.- Ante todo, enhorabuena por tu carrera. Pocas carreras son tan variadas y tan coherentes, haces un cine completamente diferente a los demás, como si no tuvieras nada que ver con tus compañeros de generación, y ahora además sacas un libro estupendo. ¿Crees que ser famoso te ha ayudado a publicar?
R.- Primero, gracias por tus palabras. Segundo, dudo que “famoso” sea un expresión que se compadezca demasiado con mi realidad. Tercero, algo habrá ayudado ser algo conocido, claro. Pero ten en cuenta que Delirio es una editorial especializada en poesía y ensayo, sobre todo. No parece que vender “fama” sea, a priori, su objetivo.
P.- ¿Qué trauma infantil tienes con el mazapán?
R.- Ninguno, simplemente no lo como. Es simple vocación de servicio público. Alguien tiene que pensar en los niños.
P.- Hola Rodrigo, ¿quieres un mazapán? No, es broma. ¿Qué prefieres, la realidad o la ficción? Que tengas un bonito día.
R.- No hay diferencia, al menos en el cine y la literatura: todo es ficción. Incluso un documental. También el periodismo. No pueden no ser ficción. La realidad es el punto de partida. Lo deseable, en cualquier caso, es alcanzar una forma de verdad, por imperfecta que, necesariamente, ésta sea.
P.- Soy José Manuel Costas, tu antiguo profesor de Lengua y Literatura en el Fray Luis de Salamanca. Un saludo muy afectuoso para ti. Felicidades por tus películas. Y una pregunta: ¿Qué te gusta más, hacer películas o escribir libros?
R.- ¡Hola, José Manuel, qué ilusión saber de ti! ¡Súbeme la nota! No hay verdaderas diferencias: tratas de “expresarte”; si te dieran un palito y una navaja, encontrarías la manera de hacerlo. La escritura, eso sí, tiene una intimidad (y, por tanto, una impunidad) que en el cine exige otras armas.
P.- ¿Cuáles son tus cuentas de Twitter favoritas? (aparte, claro, de la tuya). Un saludo desde Santiago de Compostela.
R.- Me gusta mucho la de @TuiterDeDios. No sólo es ingeniosa, sino que consigue no ser ideológica, quienquiera que la lleve ha buscado el modo de meterse en el personaje con coherencia y humor. También soy seguidor de @Cucutras, una estudiante malagueña, creo, que cuenta sus aventuras domésticas con punto de vista único y siempre divertido. Aunque se prodigue poco, también me gusta @SweetTowers, un sosias de Torres-Dulce escrito con particular finura y una ironía casi inglesa: un homenaje al personaje, más que una parodia.
P.- ¿Cuánto tiempo va a pasar hasta que dejen de encerrarte en un ataúd para hacer la gracia?
R.- No me metería en uno ni muerto.
P.- Hola Rodrigo, me gustó mucho Grand Piano. Si hubiera un francotirador apuntándote en este momento, ¿cuáles serían tus últimas palabras? ¡Rápido!
R.- ¡Más a la derecha!
P.- Buenas tardes, Rodrigo, o buenas tardes. Aún no me he hecho con tu libro, pero te prometo que lo compraré en cuanto pueda. Soy adicta a tu Twitter. ¿Cómo se te ocurren esas ideas? ¡Hasta cuando no entiendo algo me gustan! Merche
R.- Yo mismo no entiendo la mitad de las cosas que escribo. Las ideas surgen de formas muy diversas. A veces de la nada (uno siente que no son suyas y simplemente ha estirado el brazo a tiempo), a veces de la observación de la realidad (procesándola de forma potencialmente interesante o “mejorándola”: a veces uno se pregunta: “¿Y si en lugar de haber contestado esto hubiera dicho…?”). Otras veces es, directamente, gimnasia mental; comienzas a jugar con una palabra o un concepto, manipulando su significado o sonoridad hasta llegar a alguna parte… En definitiva: ni idea.
P.- ¿Es cierto que el Ayuntamiento de Salamanca aún te debe dinero por uno de tus primeros trabajos?
R.- Debe de haber prescrito. Las farolas son ahora la prioridad. Afortunadamente.
P.- ¿Tienes algún nuevo proyecto como director en España o en el extranjero?
R.- Estoy jugando con dos o tres pelotas, a ver cuál se enfila primero. “Dónde” es lo de menos, lo importante es qué. Y cómo.
P.- ¿Qué te parece que Bayona vaya a dirigir la segunda parte de la, digamos, regulera “World War Z”?
R.- Me alegro mucho por él, está en la posición de poder elegir, así que si ha decidio hacer esta película es porque cree que puede hacer algo interesante con ella. Yo compraré mi entrada, por descontado.
P.- “A las 3 son las 2” se considera una fragmentación de “Rodrigo Cortés”. Hasta donde llega esa parte de ti que se presenta como un mero personaje, fuera de lo real? Eres todo tú? No es nadie en realidad?.
R.- Todo lo que veas de mí (de cualquiera), es un personaje. Necesariamente. Incluso tu pareja lo es hasta que pasan seis o siete años y se va haciendo más complicado colocar siempre el perfil bueno. En todo caso, “A las 3 son las 2” es, de mis trabajos, el que más se parece a mí mismo. Cada delirio parte de un lugar diferente y está escrito con un humor diferente e incluso a una hora diferente. Al final, se refleja de forma inevitable tu parte delirante, tu parte seria, tu parte absurda, reflexiva, divertida, oscura… Tu parte prescindible. “A las 3 son las 2” es un acceso directo y sin filtro a mi mejorable inconsciente.
P.- ¡Quiero ser tu amigo!
R.- ¡Espero que seas un muñeco de peluche a pilas!
P.- Hoy tengo dos preguntas para ti. ¿Quienes son tus guionistas de referencia? y ¿Que cineaste te gusta más: Nolan o Fincher?
R.- Ben Hetch, David Webb Peoples, Robert Towne, Azcona, Coppola, Charlie Kaufman… Es muy posible que haya escrito mal algún nombre. Me gusta mucho Nolan, lo admiro por muchas razones, pero, si me haces elegir, creo que Fincher es, seguramente, el mejor narrador actual: un director prodigioso con un sentido del detalle, un manejo del tempo fílmico y un rigor y falta de complacencia con el público verdaderamente admirables.
P.- Supongo que ya habrás visto a Cillian Murphy en la serie británica Peaky Blinders.No cabe duda de que está inmenso y es un actor que dará mucho que hablar, ¿qué se siente al haber tenido a un intérprete con ese talento a tus órdenes? ¿Fue difícil manejar a un elenco tan potente (junto a Bob y Sigourney) en Red Lights?
R.- Cillian es un actor extraordinario, con un talento increíble, una gran elegancia natural en su forma de abordar la interpretació, y una entrega y sentido de la verdad únicos. Trabajar con un elenco tan “potente”, como lo describes, hace la vida más fácil a un director, no más difícil, te lo aseguro.
P.- ¿Cuándo escribes una película o diriges, te basas o te inspiras en otras películas o directores?
R.- Nunca reviso películas “afines” antes de rodar una secuencia concreta, las inspiraciones son más de tono o atmósfera (o las invitables -conscientes e inconscientes- de tu bagaje como espectador). Si he de copiar, prefiero hacerlo de recuerdos de películas que de su “revisitación”: la imperfección de los recuerdos te protege del plagio.
P.- Rodrigo, ¿consideras tu atractivo a la altura de tu calidad artística?
R.- Lo considero muy por encima. Interprétalo como quieras.
P.- ¿Por qué seguimos confundiendo terror y suspense? ¿Seguimos sin estar preparados como espectadores para algo más que el susto fácil?
R.- El espectador está preparado, el nombre que se le dé es lo de menos. Pero tienes razón: sin que esto implique el menor juicio al respecto, los mecanismos del terror y el suspense se parecen poco, aunque a veces puedan beneficiarse mutuamente: no son recursos (ni géneros) estancos.
P.- Te felicito, por tu explicacion de como operan los bancos en “El concursante”, ¿tu crees que el ministro de economia, y otros que cortan el bacalao, se habra enterado?
R.- Uno ya no sabe qué saben y qué eligen no saber quienes deciden qué sabemos nosotros. Pero si no saben, se comportan, desde luego, como si supieran.
P.- Hola Rodrigo, ¿qué te parece que cambien la hora dos veces al año?
R.- Hola Rodrigo, ¿qué te parece que cambien la hora dos veces al año?
P.- Imagino que los premios no te preocupan demasiado, pero ¿crees que la Academia de cine (los Goya vaya) tienen prejuicios hacia las pelis rodadas en inglés? Lo de mejor director para Bayona, me pareció la excepción que confirma la regla
R.- No lo sé. La Academia, para empezar, no es una señora, no hay una voluntad unívoca y definible rigiendo las decisiones de nadie. Los premios, al final, reflejan un statu quo determinado, una forma de respirar de un momento concreto, el modo en que vibra el aire en este segundo específico. El objetivo de un premio es, sobre todo, promocionar a quien lo da: en este caso, una industria, un oficio: lo importante son las Fallas, no la fallera mayor, que cambia cada año y sólo ostenta labores de representación. Que un premio sea justo es perfectamente posible. Pero no es su objetivo, se trata de un efecto imprevisto.
P.- ¿te sigue gustando El Pequeño Nicolás?
R.- Me entusiasma El pequeño Nicolás. Y Alcestes, que es chico gordo que come sin parar. Y Agnán, el ojito derecho de la maestra. Soy un entusiasta de Goscinny.
P.- Recuerdo que en Sundance, después de la proyección de “Buried”, alabaste (con razón) los abdominales de hierro de Ryan Reynolds. ¿Cómo van los tuyos?
R.- En alguna parte deben de andar.
P.- ¡Buenas tardes Rodrigo! El Cine abarca desde su nacimiento una cantidad incontable de películas como ya bien sabrás; como cineasta, desde tu punto de vista, ¿cuáles serían para ti las 10 películas que todo amante de este arte debería ver obligatoriamente ó te han marcado un antes y un después? Gracias de antemano y ¡felicidades por tu libro!
R.- Voy a decir varias y paro al llegar a diez: La ventana indiscreta, 2001, Amarcord, Annie Hall, Toro salvaje, Apocalypse now, Siete ocasiones, En bandeja de plata, There will be blood, Brigadoon… ¿Son diez? Mañana te digo otras diez.
P.- ¿Qué crees que diría Kafka sobre Siete escenas de la vida de un insecto?
R.- Algo en alemán. Incomprensible. Le pediría que me lo pasara por escrito y por triplicado. Que rellenara un formulario. Y no se lo sellaría. Le mandaría a otra ventanilla. Lo diría en blanco y negro. Se lo diría a su padre por carta. Sería una fiesta.
P.- Si pudieras adaptar para el cine una novela de terror, actual o clásica, ¿cuál elegirías?
R.- No lo sé, algo de Matheson, quizá; algún cuento poco conocido.
P.- siempre que te veo me hago la misma pregunta sobre tu estética, ¿rapado todo al mismo número 1 o 2? ¿o por los lados y detrás más corto que por arriba? un saludo!
R.- Todo al 2, creo, no miro el número. Sin matices, sin sutilezas, derecha, izquierda, arriba y abajo. Una vez por semana. Lo dejo secar al sol y lo sirvo bien emplatado.
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