Pregunta.- ¿Cree que realmente Estados Unidos es un imperio en retirada?
Respuesta.- Buenas tardes desde Washington. Y muchas gracias por el interés. Creo que Estados Unidos pasa por un momento de repliegue geopolítico después de más de una década de guerras que han terminado sin victoria. No hay ningún apetito, ni en la Administración, ni entre la ciudadanía, ni en buena parte de la oposición republicana, de meterse en nuevas guerras o intentar arreglar el mundo. En este sentido sí podría decirse que este país está en retirada, pero la retirada no tiene por qué ser permanente. Soy escéptico ante los discursos sobre el declive de Estados Unidos, que por otro lado son una constante de la historia de este país. Estados Unidos sigue siendo la primera potencia económica y militar, el país más influyente, al que todos miran cuando hay una crisis.
P.- ¿El partido demócrata podrá ganar las próximas elecciones con Hillary a la cabeza?
R.- Faltan más de dos años para las elecciones presidenciales. Es peligroso hacer predicciones. Hace un tiempo encontré un libro en la biblioteca de mi barrio escrito por dos reputados periodistas de Washington sobre las elecciones presidenciales de 2008, que ganó Obama. El libro se había publicado en 2006. Pues bien, en el índice onomástico del libro no figura Obama. Ahora Hillary Clinton no es oficialmente candidata. Pero sí, si acaba presentándose, seguramente será la favorita. El Partido Demócrata tiene además a su favor la demografía: las minorías, cada vez más decisivas cuando se movilizan, se decantan por ahora por este partido.
P.- ¿Jeb Bush, como posible candidato republicano a las presidenciales?
R.- Jeb Bush, el hermano pequeño del presidente George W. Bush e hijo de otro presidente, George H.W., es el candidato soñado por buena parte del establishment del Partido Republicano. Tiene experiencia: fue gobernador de Florida. Tiene ideas propias y no es dogmático. Está casado con una mujer de origen mexicano y en su casa la lengua familiar es el castellano. Esto supone una ventaja en un país donde los hispanos o latinos son la minoría más pujante, una minoría que el Partido Republicano necesitará en el futuro. Desde pequeño muchos le han considerado el Bush bueno, por contraste con su hermano. Tiene algunos problemas. Al Tea Party, el movimiento populista conservador, no le gusta su moderación y cercanía a las elites. Y se apellida Bush: el recuerdo de su hermano no es bueno, no sólo entre los demócratas sino entre muchos republicanos. Por último: unas elecciones entre Hillary Clinton y Jeb Bush proyectarían una imagen de la democracia norteamericana como país dinástico. Estas familias habrían gobernado Estados Unidos entre 1989 y 2021 con el único intervalo de Obama.
P.- ¿ que tal lleva Obama que los Texanos se quieran ir de la Unión y aprobar su propio gobierno y su propia moneda, y estado?.
R.- En Texas hay grupos secesionistas y sus políticos suelen jugar la carta del “hecho diferencial”, si es que puede usarse esta expresión aquí. Pero no existe un movimiento independentista potente y bien articulado en Texas. Algunos juristas dicen que en Estados Unidos el debate sobre la secesión se resolvió entre 1861 y 1865 con la guerra civil. El Tribunal Supremo dictó sentencias que parecen cerrar la vía a esta posibilidad. En las escuelas, antes de comenzar las clases, los niños juran fidelidad a la bandera que, dicen, representa “una nación, bajo Dios, indivisible”. La secesión de Texas es la última de las preocupaciones de Obama ahora.
P.- ¿Que dice la opinión publica estadounidense del desempleo en España?
R.- A los norteamericanos les impresionan las tasas de desempleo en España. Se asustan. La prensa las compara con los niveles de la gran depresión de los años treinta, un periodo marcado en la memoria colectiva de este país. Las políticas de la Administración Obama ante el desempleo han sido bastante distintas de las de los países europeos, incluida España. Mientras, en la última crisis, los europeos aplicaban políticas de austeridad, el Gobierno federal lanzó un plan de estímulo que probablemente contribuyó a rebajar el paro. Ahora en EE UU es del 6,1%
P.- ¿Cuál es el futuro que ves en EE.UU con respecto a la reforma migratoria, los beneficiados y el impacto que generará en esa sociedad?
R.- La reforma migratoria está ahora atascada en la Cámara de Representantes. Los republicanos, mayoritarios en esta cámara, ya han dicho que este año no la aprobarán. Salvo sorpresas, es improbable que en un futuro próximo Estados Unidos tenga una ley migratoria ambiciosa, como quería el presidente Barack Obama. Las cerca de once millones de personas que viven en Estados Unidos y carecen de documentos legales seguirán pues en un limbo: residen y trabajan aquí, muchos tienen hijos norteamericanos, pero no pueden vivir plenamente como ciudadanos de este país. Los defensores de la reforma sostienen que, además del perjuicio humano que la situación actual supone para los afectados, también tiene un coste económico elevado para Estados Unidos.
P.- ¿Qué opina usted sobre el impacto de los llamados “whistleblowers” (tales como Manning y Snowden) en las relaciones internacionales de Estados Unidos?
R.- Los whistleblowers (soplones o filtradores) que usted cita han afectado las relaciones internacionales de Estados Unidos. Las revelaciones de Wikileaks, filtradas por Manning, obligaron a la Administración Obama a excusarse a otros países que vieron expuestas conversaciones y apreciaciones de la diplomacia norteamericana que debían ser secretas. El caso Snowden ha tensado más las relaciones de Washington con Moscú y ha entorpecido la relación del presidente Obama con la canciller Merkel, espiada por la NSA (la Agencia de Seguridad Nacional). Pero diría que el impacto, en general, ha sido limitado. La diplomacia norteamericana reparó pronto los desperfectos causados por Wikileaks. Y las revelaciones sobre la NSA, aunque hayan causado contratiempos evidentes, no han alterado la política exterior de la Administración Obama.
P.- En que periódico comenzó a desarrollarse como periodista y como vislumbra al periodismo en un mundo donde con el Internet cualquiera puede escribir sin ser periodista.
R.- Empecé en El Punt, un diario en catalán, y en seguida pasé a La Vanguardia, donde trabajé durante 15 años, hasta que el pasado 1 de mayo me incorporé a El País. Creo que es inconcebible el periodismo sin internet. Que cualquier persona pueda escribir en internet sin ser periodista no sólo es bueno sino que nos obliga a los periodistas a ser mejores.
P.- Luego del buen furor mundialista que por primera vez en la historia a atrapado a los ciudadanos norteamericanos. ¿Notas alguna incidencia en la política para utilizar el “soccer” como escape de los reclamos sociales?
R.- Sí, Estados Unidos ha vivido una fiebre mundialista estas semanas. Y Obama ha felicitado por teléfono a los futbolistas y se ha dejado retratar viendo los partidos. Pero no veo una intención de utilizar políticamente el fútbol. Si la hubiese, sus efectos serían mínimos. La capacidad de Obama para influir en sus conciudadanos es bastante limitada y con el soccer o fútbol, que durante unos días ha sido popular pero no tanto como en otros países, todavía menos.
P.- Buenas tardes. ¿Cómo valora la gestión de la crisis económica en Estados Unidos respecto a como la están gestionando en la UE? Muchas gracias.
R.- No soy economista y el debate es complejo, pero creo que he respondido más o menos a esta pregunta en la respuesta sobre cómo se ve en Estados Unidos la tasa de paro en España. Quizá se podría citar una frase de las memorias del exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, recién publicadas, en alusión a las cifras del paro en España y Grecia: “Hubo mucho sufrimiento innecesario detrás de estos números”. De todos modos, Estados Unidos es un país federal y aquí se ha gestionado la crisis de forma asimétrica. Mientras el Gobierno federal aplicaba medidas de estímulo y la Reserva Federal impulsaba la economía con estímulos monetarios, muchos estados han hecho políticas de austeridad y recortes más cercanas a las europeas.
P.- ¿Cuál es la cobertura más difícil que ha tenido que hacer como corresponsal? Muchas gracias y enhorabuena por su trabajo
R.- Muchas gracias. No recuerdo una en especial. Tampoco ninguna fácil. Un nivel mínimo de dificultad creo que es aconsejable. A veces las dificultades de la cobertura son más logísticas (problemas de conexión, etc.) que estrictamente periodísticas. A veces las coberturas más difíciles acaban siendo las más gratificantes. Y a veces las más difíciles no tiene por qué ser especialmente heroicas. Fue difícil, para mí, escribir crónicas de fútbol con la hora de cierre encima, cosa que nunca había hecho, durante el Mundial de Alemania en 2006, o seguir a Pau Gasol cuando fichó por los Lakers por la NBA sabiendo muy poco de baloncesto. Otra cobertura difícil: la crisis financiera del 2007-2008, cuando palabras como subprime eran todavía exotismos y era complicado entender exactamente qué estaba ocurriendo y por qué. Lo más difícil es quizá explicar la tormenta en medio de la tormenta.
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