El documental de naturaleza es un género que ha probado su éxito con el público con títulos emblemáticos como Nómadas del viento (2001) o Tierra, la película de nuestro planeta (2007). Faltaba sin embargo ese gran trabajo español que refleje en todo su esplendor la excepcionalidad de la naturaleza de nuestro país. Una laguna que viene a rellenar la espléndida Guadalquivir, en la que el director Joaquín Gutiérrez Acha recorre de punta a punto el río andaluz para descubrir no solo sus paisajes, también los muchos animales que lo habitan. Empezando por un zorro cuyo largo viaje sirve como hilo conductor a una epopeya narrada por Estrella Morente con las palabras de Fernando López Mirones. El director, veterano documentalista y naturista es el único español que ha trabajado para National Geographic en nuestro país además de para Canal Plus Francia, BBC y un largo etcétera.
Pregunta.- ¿Hay mucha diferencia entre rodar para la televisión o el cine?
Respuesta.- Sí, sobre todo si quieres hacer algo diferente. En cine el hilo argumental es importante, también cambia la música, duración y el formato. Puedes rodar más y debes imprimir otro ritmo, que tiene que ser más ligero. Le hemos querido dar una personalidad propia utilizando el flamenco, que es la música de Andalucía, y contando con la voz de Estrella Morente, que es la representante en el mundo de esa parte de España.
P.- ¿Conocía bien la zona por trabajos anteriores?
R.- Sí, había trabajado en monográficos sobre el lince ibérico o el lobo. Aquí se trataba de dar una idea más global deteniéndose en sus tres principales zonas, la sierra de Cazorla, Sierra Morena, el monte más importante del Mediterráneo, y Doñana, un área famosa en toda Europa porque allí se encuentra algunas especies únicas como el lince ibérico el águila imperial. Los tres son de una belleza extraordinaria, espectacular. En España no se había hecho nada parecido hasta la fecha.
P.- Dentro de ese hilo argumental, ¿podría decirse que esta es una película con un zorro como protagonista?
R.- Más bien el zorro es el vehículo conductor. Cazorla es muy proclive a los zorros y son unos animales que han conquistado el mundo porque son muy vagabundos, no tienen afinidad por nada y pueden pasar muchos días sin comer. Es un superviviente nato. Hay también un papel muy importante de la tecnología. Hemos utilizado cámaras de última generación capaces de hacer 1500 fotogramas por segundo y captar acciones inapreciables para el ojo humano como un camaleón cazando a su presa a cámara lenta. Tenemos también las cámaras para helicóptero estabilizadas. O las time lapse que son capaces de reproducir en pocos segundos acciones que llevan incluso días como el nacimiento de una planta. Vemos también, por ejemplo, a las escurridizas arañas tapaderas, casi imposibles de detectar y menos por no expertos.
P.- ¿Es usted más naturista o cineasta?
R.-Yo crecí envenenado por Félix Rodríguez de la Fuente y soy naturista por encima de todo. Al mismo tiempo, soy incapaz de no mostrar todo lo que veo. Si voy al campo a observar, necesito hacer algo aunque sea una foto para mi hija. Unos aficionados no profesionales no podrían captar todo lo que vemos en el filme porque los animales se esconden y nosotros vamos con expertos y sabemos mucho sobre ellos, cuándo están en celo o cuándo están cazando y sabemos cómo encontrarlos. Creo que mucha gente se sorprenderá al ver todo lo que tenemos aquí, en nuestro propio país.
P.- Ofrece una visión idílica del Guadalquivir sin aludir apenas a los riesgos ecológicos, ¿es una zona perfectamente conservada?
R.- El Guadalquivir ha estado muy amenazado y hoy está mejor. El problema de los vertidos ha mejorado y los pueblos del río están más controlados y tienen depuradoras modernas. Pero hay riesgos, claro. Como los cultivos demasiado pegados a su rivera, no es normal que cuando el río se desborde se los lleve por delante y es porque están demasiado cerca. La cuestión del drenaje a la altura de Sevilla es también complicada, hay un interés porque los trasatlánticos lleguen a la ciudad y se entiende las ventajas económicas pero no está muy claro que no vaya a dañar el ecosistema. Nuestro trabajo es mostrar la parte bonita y el trabajo de los ecologistas se complementa con el nuestro, ellos pueden utilizar esta película como una herramienta. El hombre y el río han convivido muy bien durante muchos años y lo pueden hacer perfectamente, el problema es que si abusamos nos lo cargamos.
P.- ¿Tener paciencia es lo más importante para hacer su trabajo?
R.- Si no tienes paciencia, olvídate de ir al campo a buscar animales. No solo somos expertos, también tenemos unas técnicas de filmación muy desarrolladas. Al principio vamos cuatro para preparar la cámara y creamos un puesto de observación desde el que nos vamos acercando. Al final me quedo yo solo cuando ya los hemos engañado.
P.- Hay algunos animales con aspecto fiero. ¿Es peligroso?
R.- Los peligrosos somos nosotros, no los animales. Ni siquiera los osos del Cantábrico, que será nuestro próximo proyecto, lo son. Los animales no son violentos, se defienden como todo el mundo cuando son atacados. Sí puede haber accidentes cuando te subes a una grúa para filmar al águila imperial.
P.- Ha realizado varios trabajos sobre serpientes y tienen un papel protagónico en Guadalquivir. Déjeme confesarle que me dan pavor.
R.- Las serpientes, como todo animal salvaje o se defiende o caza, no son malas. No dicen “voy a ver si pico a éste y lo mato”. Las serpientes venenosas, cuando se defienden no inoculan veneno, lo reservan para la caza, son todo leyendas. Lo mismo pasa con los tiburones. Sí pueden ser más peligrosos leopardos o leones criados en cautividad que han desarrollado un odio importante por los hombres. Quizá se han comido alguno, les ha gustado y quieren repetir. Eso sí, no me tiraría a un lago infectado de cocodrilos, tienen un cerebro muy limitado.
P.- ¿Cree que vivimos demasiado de espaldas a la naturaleza?
R.- Hay un desconocimiento enorme. Hubo una época en la que Félix Rodríguez de la Fuente reunía a toda España sentada delante de la televisión. Hoy las televisiones emiten siempre el mismo programa del corazón, le han dado la espalda. Tenemos que volver a educar, a crear valores. Los niños son muy importantes porque ellos siempre aman la naturaleza, Guadalquivir también puede ser una herramienta educativa.
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