Pregunta.- ¿cuando haréis justicia los críticos marisabidillos con AC/DC, el mejor grupo de hard rock de la historia humana?
Respuesta.- Yo lo hice. Aproximadamente, hace 25 años. Y no veo necesidad de repetirme: no cambiaría nada de lo que entonces dije. Ellos tampoco han cambiado nada en ese cuarto de siglo.
P.- Voy de vacaciones a Londres en agosto. ¿Tú crees que es psoible visitar el piso de Curzon Place donde murieron Keith Moon y Mama Cass?
R.- Ya llegan los frikis, me temo. Nada, Miguel, tú échale huevos: no hay nada que guste más a los ingleses que abrir sus casas a turistas morbosos.
P.- Estaba pensando que habría que boicotear a los discos de multinacionales, en apoyo de Gaza. Tú siempre has contado que los judíos controlan las grandes discográficas y ahora es el momento de presionar.
R.- Seguimos con la invasión de los marcianos. Yo hablaba de discográficas históricas de jazz y blues pero tú te refieres a las multis. Por lo que yo sé, (1) Warner es propiedad de un millonario ruso, (2) Universal pertenece a una multinacional francesa y (3) Sony sigue siendo japonesa.
P.- Diego, cuando vas al supermercado, ¿sujetas las bolsas con una misma mano o repartes el peso entre las dos?
R.- Estamos finos hoy ¿verdad? Querido Pollo: soy un firme creyente en la utilidad de los carritos para la compra.
P.- ¿Conoces a algún político con una buena cultura musical?
R.- Conozco a un par de ellos. Pero la mayoria solo sabe repetir los nombres de artistas políticamente correctos. Cuando no acuden a un asesor para que le proporcione unas pistas…me encantó aquella bronca de Johnny Marr contra David Cameron, cuando el guitarrista le prohibió al actual Primer Ministro citar a The Smiths entre sus favoritos. ¿Puede un artista establecer un derecho de admisión respecto a los seguidores? No lo veo.
P.- ¿Qué piensas de “The bullfighter dies”, la canción antitaurina de Morrissey?
R.- Sencillamente, penosa. Los juegos de palabras con diferentes ciudades españolas son como de estudiante de secundaria…y lo de creer que el toro sobrevive si mata al torero ya te da una idea de su conocimiento del mundo del toreo. Como en todo lo de Morrissey, hay truco: podía haber mencionado nombres de ciudades taurinas de México, dado que se supone que buena parte de su público son chicanos. Lo evitó.
P.- Manrique, sigues haciendo sesiones de DJ? Cuál es el sitio más raro dónde has pinchado?
R.- No, Technico, rara vez pincho. ¿El lugar más chocante? El Patio de la Casa del Reloj, anterior Dirección General de Seguridad y actual sede de la Comunidad de Madrid. Fue en una de las fiestas posteriores al estreno de una película de Almodóvar. Pedro tenía una buena costumbre, a la que ha renunciado en los últimos tiempos: cada estreno era seguido por un fiestón, siempre diferente, que permitía el reencuentro entre los supervivientes de los ochenta. En aquella ocasión, me puso a pinchar. Como había un público muy moderno, me permití el capricho de una sesión de trallazos latinos, de Masters At Work en adelante. Ya me había calentado cuando apareció eb la mesa de sonido un señor con corbata que me hizo una señal de que acabara. Le respondí con el gesto internacional de “una más”. Ni caso: me quitó el volumen. Quería echarnos del recinto pero ya; nos habíamos portado mal, aseguraba.
P.- Buenas tardes,Diego.¿En sus noches discotequeras ha pinchado alguna vez a Barràbàs o Malo?Gracias
R.- No, no creo haber pinchado a Barrabás: entiendo que un grupo español triunfara en las discotecas neoyorquinas pero siempre me sonaron un poco simplones. Respecto a Malo…me gustan tanto que me compré una cajita con todos sus discos para Warner. Una caja tan bonita que prefiero no llevarla al campo de batalla que son las sesiones de DJ.
P.- Hola, Diego. Me gustaría darte las gracias por aquellos “Modernos populares” que presentabas con Rosa María Mateo. Aprendí mucho con vosotros, era una buena compañía para la adolescencia/juventud de aquel chico solitario. ¿Crees que sería posible hoy en día recuperarlos? Un abrazo enorme.
R.- Ah, gracias. No creo que sea posible recuperarlos: hace unos años, investigué en la Fonoteca de RNE a ver cuántas ediciones de “Modernos Populares” se conservaban. Y fue desolador: sólo habían guardado un par de ellos. Tengo todas las sospechas de que Diego Carcedo mandó que de destruyeran. Era entonces el capo de RNE y tenía unas ideas un tanto peculiares sobre el programa: decía que poníamos demasiada variedad de música, que prefería que no saliéramos de la discografía de Serrat y los Beatles. Como no le obedecimos, nos quitó el programa. ¿Moraleja? Ojo con los progres.
P.- En tu polémica sobre Antonio Elorza y Pablo Iglesias, he visto que te llamaban “progre”. ¿Te sientes insultado? Por cierto ¿desde cuando se considera “progre” un insulto que se lanza desde planteamientos izquierdistas?
R.- No ofende quién quiere sino quién puede. En los años setenta, los supuestos progres nos llamaban hippies. En los ochenta, algunos locutores heavies me escupieron lo de “progre” y “vendido a los sociatas” (perspicaces como siempre, me lo decían justamente cuando me echaron de Radio Nacional de España, entonces bajo el control del PSOE). Ya ven qué nivel de discurso. Ahora me asusta que haya personajes o proyectos que sus defensores consideran intocables. Y si te metes en esos avisperos, hay una reacción hiperprotectiva que justifica hasta los insultos. Ya se les pasará, imagino
P.- A raíz de la muerte de Johnny Winter he recordado que en el Popgrama teníais el RocknRoll Hoochie Koo de sintonía en los intermedios y a Iceberg en la cabecera. Ambos no eran precisamente tendencia en los tiempos que estaban cambiando. ¿Que nos puedes decir al respecto?
R.- Cierto: gran memoria, Chuck. La verdad es que yo todavía no me había desplazado a Madrid, no recuerdo haber participado en la elaboracion de la cabecera o las cortinillas, por lo que no puedo atribuirme ningún crédito al respecto. En aquel tiempo, había un buen equipo en TVE para seleccionar ráfagas musicales.
P.- Buenas Diego. Discuto con un amigo esta cuestión. ¿Es Definitely Maybe uno de los mejores discos de los últimos 30-40 años? Gracias.
R.- Sin duda. Hace poco, participé en una encuesta de Rockdelux sobre “lo mejor” de los últimos 30 años en música y yo me incliné por hacer un listado de los discos que más había escuchado, en mi casa o en las de los amigos. Y allí incluí el de Oasis.
P.- Puede parecer una pregunta impertinente, Manrique, pero estamos en verano. ¿Has bailado alguna vez reggaetón en tus viajes por el Caribe?
R.- La primera vez que vi algo parecido fue en Baracoa, en el extremo oriental de Cuba. Allí hay influencia de la cercana Jamaica y de repente nos metimos en un antro infernal (en el sentido de “calor infernal”) donde la gente parecía estar escenificando coitos con movimientos lentos. Hubiéramos terminado metidos en aquel barullo de no ocurrir un desastre: alguien pidió un ron a palo seco, sin Coca Cola; lo que servían era algo muy parecido al alcohol de farmacía. Así que tuvimos que salir pitando hacia al hotel, donde estaban habituados a atender esas intoxicaciones. Era, nos contaron, una de las bromas pesadas que gustaban de aplicar a los visitantes.
P.- Hola maestro, qué es eso de que a Van the Man no se le presentó la musa en Saint Dominics Preview o en Common One!? Te deseo lo peor
R.- Gracias por tus deseos. Me refería a que Van Morrison intentó volver a conectar con la musa de “Astral weeks” en esos discos y, mi oponión, no apareció esa musa, sí una prima suya que es algo más pesada y aburrida.
P.- Estimado Diego, gusto en saludarle. Don Carlos Boyero señaló que si pudiera llevarse la obra de dos músicos a una isla desierta serían John Coltrane y Van Morrison. ¿Qué dos filmes llevaría usted consigo a esta misma isla?
R.- Van Morrison amuebla cualquier soledad, no problemo, pero la intensidad de un Coltrane podía resultar aterradora en una isla desierta. ¿El equivalente en cine? Buscaría la filmografía de realizadores que no se desgastan facilmente, tipo Ingmar Bergman. Y tal vez la de Scorsese para los fines de semana.
P.- Hola Diego, Si tenemos en cuenta la lista de periodistas que han producido discos, la curiosidad se impone ¿te han propuesto alguna vez producir un disco? ¿De quién? En caso negativo, ¿a quién te hubiera gustado producir?
R.- Zapatero, a tus zapatos. La única persona que alguien me ha ofrecido “producir” fue Andrés Calamaro, en una de aquellas sesiones de “Honestidad brutal” que duraban toda la noche, cuando se solía encerrar en el estudio con un técnico de grabación. Me lo tomé como la provocación que efectivamente era.
P.- Dices en tu comentario de “El Interior”, el libro de viajes de Martín Caparrós, que en la Argentina profunda solo suena cumbia, nada de rock. Te recuerdo el episodio del boliche la Rosa, en Rosario, ciudad muy rockera
R.- Sí, es cierto. Pero todo es tan alucinante que no estás convencido de que realmente ocurre lo que estás leyendo: un show erótico de contenido lésbico-necrófilo que se desarrolla mientras suena lo que allí llaman “rock nacional”. De cuando Rosario era “la capital mundial de la prostitución”, algo que llenaba de orgullo a (parte de) us habitantes.
P.- ¿Cuáles son todas esas putadas que les hizo Phil Spector a los Ramones que mencionas en ramoneando? ¿Machaque psicológico de un productor ególatra?
R.- Fernando, con los Ramones, Phil fue la encarnación del Productor Infernal. Intentó romper al grupo, haciendo grabar a Joey con sus mercenarios de estudio. Obligó a los instrumentistas de Ramones a que tocaran cien veces seguidas el mismo tema. Si protestaban, sacaba sus pistolas y les recordaba que estaban en un recinto cerrado. Un horror.
P.- He visto recien la autobiografia escrita por PeteTownsendel guitarrista de los WHO en los escaparates, que opinion tienes de este libro y que recomedarias en este genero para leer este verano
R.- Es un gran libro, que se hubiera beneficiado de un uso liberal de la tijera. Como ocurre con la también recomendable autobiografía de Miguel Ríos, su primera parte es tan extraordinaria que no puedes evitar advertir el bajón que es la segunda mitad, cuando hay que hablar de honores y caprichos e inversiones. Bueno, en el caso de Tonshend hay un drama que ensucia su reputación para siempre pero no voy a caer en el spoiler…
P.- Hay un Bustamente en la música española, que no es el hortera triunfito, que me pega mucho contigo, ¿acierto?
R.- Hablamos de Julio Bustamante, ni siquiera hay que mencionar al otro Bustamante. Adoro a Julio desde su participación en la gran obra maestra del pop mediterráneo de los años de la Transición: “Humitat relativa”, de su compadre Remigi Palmero, que atrapa la legendaria sensualidad valencian en vinilo negro. Ya tardan en reeditarlo…
P.- La historia de Mark Lewishon todavia no ha llegado a ese año pero quisiera tener tu opinión: ¿es cierto que los Beatles se fumaron un porro en un lavabo de Buckingham Palace?
R.- Fantasmadas de Lennon, que es posible que se lo creyera cuando lo contaba. Según explicaron sus compañeros, se fumaron un pitillo en un retrete. No hubo ningún acto de desafio: estaban demasiado nerviosos. Y sabían que no se estaban portando bien. Deficit de solidaridad: deberían haber insistido para que el honor se extendiera a su manager, Brian Epstein (vetado, cabe imaginar, por ser gay).
P.- Hola, Diego, Recientemente he tenido la oportunidad de ver Love Story, la historia de Arthur Lee y los suyos. Me ha coincidido, además, con la lectura de Forever Changes Arthur Lee And The Book Of Love. Y, aunque sabía que el bueno de Arthur era un poco especialito, no me imaginaba que la cosa fuera tan acusada. ¡Qué mal me cayó, madre mía! Pero Forever Changes es de lo mejor que se ha grabado nunca así que habrá que permitírselo, ¿no?
R.- Puedes haber sido un genio musical, aunque de forma intermitente, y luego comportarte como un perfecto monstruo. Entrevisté a Arthur por teléfono y fue como una película de los hermanos Marx. Cuando llamé a su casa, estaba sola su novia, había “salido a un encargo”. Me pasó su móvil: Arthur atendió y me pidió que le llamara en media hora al teléfono primero. Cuando lo hice, ya había olvidado que se había comprometido con una entrevista. La conversación se desarrolló con varias interrupciones. Todo fue muy penoso.
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