Pregunta.- ¿Resulta necesaria la división entre cárceles masculinas y femeninas? Hay Establecimientos que comparten a los dos sexos y los funcionarios lo son también hombres y mujeres.
Respuesta.- En España, la mayoría de las prisiones (casi la totalidad) son mixtas, aunque haya módulos diferenciados para hombres y mujeres. La mayor parte de las actividades culturales o educativas son mixtas. Yo creo que las prisiones, cuanto más se asemejen a la vida real, menos distorsión producen en las personas que viven en ellas. Los funcionarios y funcionarias trabajan indistintamente en en unos u otros módulos.
P.- Buenos días, ¿Podría usted dar una valoración, sobre el mejor centro penitenciario en España,y cual sería?
R.- No me gustan estas clasificaciones porque no tienen en cuenta las diferentes realidades. Cada centro tiene algo que le hace singular respecto de los demás. Hay instalaciones más modernas y otras que tienen muchos años, centros grandes y otros muy pequeños. Lo mejor es el trabajo que se hace en ellas para ayudar a las personas a cambiar sus vidas y para superar sus problemas. En todas las prisiones hay algo de lo que aprender y también algo que mejorar.
P.- Señora Gallizo, quería que me dijera por qué en nuestro país a pesar de que poseemos una de las tasas de encarcelamiento más altas entre los grandes países de la Unión Europea? Con un fuerte crecimiento ascendente, no guarda relación con la evolución de la delincuencia? ¿No se abusa en nuestro país de la pena en prisión?
R.- Pues si. Yo también creo que hay un recurso excesivo a imponer penas de privación de libertad y muy poca valoración de las potencialidades del cumplimiento en régimen abierto y de las penas y medias alternativas a la prisión. Se ha educado a la opinión pública en la idea de que si no se entra en prisión no se cumple una pena; una idea profundamente equivocada.
P.- ¿Qué sensaciones tienes después de “haber dado a luz” el libro?
R.- Difícil explicarlo. En parte es como si con el libro completase el trabajo que quise hacer cuando estaba en la Secretaría general: abrir las prisiones y su realidad a los ojos de la sociedad, humanizar la mirada que se tiene sobre quienes cumplen condenas, reivindicar el buen trabajo de los buenos funcionarios…
P.- ¿Es cierto que los presos de ETA gozan de más facilidades en prisión? Mucha gente me ha dicho que viven mejor que el resto ahí adentro. Un saludo
R.- No. Ni las normas ni los propios centros admitirían ningún trato de favor. Hay un régimen más estricto y mayores controles para las personas que representan un mayor riesgo dentro y fuera de la prisión.
P.- Hola Mercedes. Puede parecer una tontería de pregunta, pero siempre me ha preocupado por qué los presos no tienen una intimidad con un baño cerrado en su celda. ¿Es tan difícil que puedan tener una mínima intimidad en lo más básico de las necesidades humanas? Muchas gracias por su atención.
R.- No es ninguna tontería. Ha sido una de mis preocupaciones mejorar cosas como esta que son tan importantes para el día a día de cada persona, para su dignidad. No se puede cerrar porque no puede haber espacios que no estén a la vista por razones de seguridad (y para evitar riesgo de suicidios). En muchos centros se intentó, cuando la estructura lo permitía, mejorar esto. Y en los centros de nueva construcción, aunque no cerrado del todo, se aísla más la zona de aseo.
P.- ¿Cree que es justo que una persona cuyo único “delito” que ha cometido es huir de su país en búsqueda de una vida mejor se merezca estar encerrado en un CIE como si fuera un delincuente? ¿Considera que con estos centros, España respeta los derechos humanos de los inmigrantes en situación irregular? Gracias!!
R.- Los centros de internamiento en los que se está a la espera de expulsión no deben ser ni parecerse a prisiones. Efectivamente, las personas que están en ellos no han cometido delitos. Sus derechos deben ser respetados y su dignidad también. Creo que este tema en España no está bien resuelto. Tengo la idea (de cuando yo estaba en Interior) de que se quería contar con las ONGs que trabajan en proyectos humanitarios para abordar esto. No sé si se ha hecho.
P.- ¿Qué opina de tanta gente que creemos que pasar 20 años como máximo en prisión por asesinato es un completo cachondeo?
R.- Las penas en España pueden alcanzar los 30, incluso 40 años. La duración teórica y efectiva de las condenas es más alta que la mayoría de los países de nuestro entorno, incluso de los que tienen cadena perpetua.
P.- ¿Cree que sería necesario ampliar los puestos específicos de docentes en las cárceles para poder educar y reeducar no sólo en el conocimiento, sino en la educación emocional y así favorecer la reinserción?
R.- Los docentes en las prisiones los aportan las Comunidades Autónomas, que son las que tienen competencia en materia educativa. Creo, si, que tendría que haber más. Y también creo que podrían reconvertirse puestos de vigilancia interior en educadores; hay muchos funcionarios de interior muy preparados para hacer estas tareas y que incluso ya las están desarrollando.
P.- ¿Qué opina del elevadísimo número de delitos cometidos en la calle por personas que se hallan con una sentencia en vigor (permisos, salidas programadas,terceros grados, liberados condicionales…)?¿Se pretende evitar la alarma social al no publicar estadísticas que los reflejen?
R.- Esa es una percepción muy equivocada. El número de “fallos” que se producen en permisos y salidas programadas es casi insignificante. Hay decenas de miles al año y muy pocas incidencias. Los permisos y las salidas (que en España implantó ya en 1931 Victoria Kent) no sólo son un respiro a la privación de libertad sino un instrumento para verificar los avances de una persona y su capacidad para adaptarse a la vida en libertad.
P.- Ha visto el programa de La Sexta “Encarcelados” qué opinión le merece la situación de los presos españoles allí y hay alguna posible solución?
R.- He visto varios programas. Me conmociona ver las condiciones de esas prisiones para los españoles y para todos los que cumplen en ellas sus condenas. Creo que la ONU y las organizaciones internacionales de derechos humanos deberían ser más severas ante esta violación de derechos básicos de las personas que representa vivir así. Por no hablar del nulo sentido reinsertador del cumplimiento en esas condiciones.
P.- La unificación de escalas masculina y femenina del personal funcionario ha sido un avance de todo punto necesario y acorde con una ansiada igualdad real y efectiva. ¿Cree usted que esta unificación es absolutamente viable a largo plazo si pongamos que en futuras convocatorias accede un número superior al 50% de personal femenino? Gracias.
R.- Lo primero que deseo es que vuelva a haber convocatorias de oposiciones. Perder personal en un sistema tan sensible como lo es el penitenciario es una mala política. Y creo que la mayor presencia de mujeres equilibra el sistema y lo mejora.
P.- Hola Mercedes. En su libro cuenta en primera persona qué era lo que los reclusos le pedían y cómo ha tratado de ayudarles, en la medida de lo posible. De lo que ha logrado hacer por ellos, ¿de qué es de lo que más orgullosa se siente?
R.- Cada historia de superación personal es lo que más satisfacción produce. Cuando sabes que alguien, gracias a haber confiado en él, cambia su vida, se anima a estudiar, deja las drogas…
P.- ¿Cómo es posible que mantuviesen el sistema de penas de trabajos en beneficio de la comunidad a sabiendas de que, en la práctica, es imposible ejecutarlas en su mayoría?
R.- Las penas de trabajos en beneficio de la comunidad forman parte de nuestro sistema de penas y las imponen los jueces, no los penitenciarios. En cualquier caso, no estoy de acuerdo en que no se puedan ejecutar. Lo que creo es que hay una escasísima implicación de la sociedad y de las administraciones (que son quienes deben proponer los “trabajos”) para poner en valor y desarrollar esta forma de cumplimiento que es muy educativa y reparadora del daño.
P.- Que opina Sra. Gallizo de que el actual director de instituciones penitenciarias diga que se acabaron los lujos en las cárceles y las piscinas. Realmente hay lujos en las cárceles?
R.- Las piscinas forman parte del equipamiento de las prisiones desde que se hizo el modelo de centro-tipo en 1992. Están pensadas para que los internos mejoren su estado físico y su salud. No son espacios de ocio. cada persona podía salir una vez por semana durante una hora. Todas las prisiones construidas desde esa fecha tienen piscina (alguna la tenia antes) y todos los gobiernos (incluidos los 2 del PP de 1996 a 2004) las siguieron construyendo. Sin más comentarios.
P.- Hola Mercedes. Soy estudiante de criminología y Seguridad en la universidad de Cádiz. Mi principal inquietud es acerca de cuándo la figura del criminologo estará presente en el ámbito penitenciario como un profesional más. Por otra parte, ¿Cómo ve usted la situación del criminologo en España? Gracias y un cordial saludo
R.- Soy muy partidaria de que haya criminólogos en el sistema penitenciario. Es una vieja reivindicación que no se acaba de materializar. Hay que analizar más lo que hay detrás de los delitos y quienes los cometen para tener estrategias cada vez más eficaces para evitarlos.
P.- Sra. Gallizo,¿ qué opina usted de las cada vez peores condiciones laborales que tienen los funcionarios de Instituciones Penitenciarias, con bajadas y congelaciones salariales constantes ?
R.- Creo que la dignificación de las condiciones de trabajo ayuda a que se trabaje mejor. No es muy razonable que los efectos de la crisis recaigan año tras año, de una manera abusiva, sobre los empleados públicos. Y más cuando son funcionarios que desempeñan una tarea tan delicada y dificil como esta.
P.- Las Cárceles como Vd. bien sabe Sra. Mercedes le cuesta al erario público muchísimo dinero. Ahora bien la pregunta mía es la siguiente: ¿Los presos que no sean españoles, no existen posibilidades ó acuerdos para enviarlos a su país de orígen?
R.- Lo que cuesta mucho dinero es mantener el sistema penitenciario en general. A veces se distorsiona esto de los costes. En alimentación, por cada interno se gastan 3,6€ diarios para las 3 comidas. Soy partidaria de que se acelere el traslado a sus países de origen de los extranjeros, pero no por razones económicas sino humanitarias.
P.- Me gustaría que se pronunciase sobre la existencia de malos tratos en las prisiones, y si ha adoptado alguna medida para erradicarlos o prevenirlos.
R.- Los comportamientos abusivos sobre los internos son absolutamente excepcionales y minoritarios en las prisiones. Afortunadamente nuestro sistema tiene buenos funcionarios y sistemas de garantías internos y externos que cuidan de que esto no se produzca. Cuando se producen casos, hay que actuar con total contundencia. Las personas en prisión están en una situación de especial vulnerabilidad y por ello deben ser especialmente protegidas frente a los abusos.
P.- Las estadísticas registran una reducción del 7% de la población reclusa en los dos últimos años, ¿a qué atribuye este descenso además de las devoluciones de extranjeros a sus países?
R.- Se han producido algunos cambios legales (la penalización del tráfico de drogas a pequeña escala que era exageradamente alta se ha rebajado) hay más expulsiones y la delincuencia sigue bajando.
P.- Soy funcionario de prisiones y no estoy muy de acuerdo con su opinión. Tenga en cuenta que mientras Vd. estaba en su mundo de hadas, lleno de tratamiento y módulos de respeto, yo tenía que hacer frente a plantes, insultos y agresiones por parte de internos. ¿No cree que la reinserción es complicada cuando se vuelve al mismo medio marginal? A lo mejor el problema no está en prisiones.
R.- El mundo de hadas al que se refiere es la Constitución y la Ley General Penitenciaria, que todos tenemos que conocer y aplicar. Es verdad que la prisión no puede resolver todos los males sociales y que la marginalidad es un mundo del que provienen muchos internos. La obligación del sistema es ayudarles a que mejoren su competencia (educación), sus valores (respeto), sus hábitos de higiene y trabajo y su salud para que las prisiones tengan sentido.
P.- Buenas tardes. Cuando pensamos en cárceles es inevitable pensar en la droga que se mueve dentro o la posible corrupción para conseguir favores. ¿Es una utopía conseguir eliminar esos problemas?
R.- No. Es una de las tareas principales. Luchar contra las corruptelas y luchar contra la droga. Y concienciar a internos y familiares en que no sólo no se ayuda a quien está en prisión llevándole droga, sino que se alarga la condena de drogodependencia que arrastra y de la que tiene que liberarse para rehacer su vida. la mejor manera de luchar contra la droga (además de las medidas de seguridad) son los programas de tratamiento para conseguir la deshabituación.
P.- Buenos días Sra. Gallizo, ¿Qué opina usted de la progresiva y semiclandestina privatización de Instituciones Penitenciarias? ¿Piensa usted que se están devolviendo favores a las empresas de seguridad privada disfrazandolo de un ahorro, el cual habiendo una empresa privada (que obviamente saca un beneficio) por medio, se antoja imposible viendo las nominas de los funcionarios de IIPP
R.- No soy partidaria de privatizar un servicio público tan sensible y tan complejo como es el penitenciario. Se me escapa que ventajas tiene para la administración que haya vigilantes de seguridad privada en los perímetros exteriores cuando, antes cualquier problema, habrá que avisar a las fuerzas de seguridad. Salvo que pensemos que es una manera de colocar a los empleados de empresas privadas de seguridad que ya no hacen tareas de escolta. Duro pensar que sea por esto…
P.- Estimada Mercedes, ¿cuáles han sido las ideas subyacentes a su política penitenciaria y a los cambios que trató de acometer durante su época en Instituciones Penitenciarias? Muchas gracias.
R.- El sentido de la responsabilidad, el humanitarismo, la conciencia social y la creencia en que los derechos humanos son el espacio de dignidad de la humanidad
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