Pregunta.- ¿Cómo vez las amenazas de Holanda y Chile en el grupo del mundial?
Respuesta.- Más complicada todavía la de Chile. Y sé que no tengo argumentos excesivamente sólidos. Respecto a Holanda debería de respetar su glorioso pasado, su concepción del fútbol. La Holanda del Mundial de Alemania 74 es de los tres o cuatro equipos más impresionantes que he visto. Y perdieron la final. Como perdió Brasil ante Italia en el Mundial de España. Sin embargo, en la memoria siempre perdurarán esas dos selecciones. Yo espero que el protagonista del juego de Holanda no sea el karateka De Jong. Por el bien del fútbol.
P.- Buenos días. Ante todo, que todos sus males físicos pasen lo ante posible. Una película que para la mayoría de los críticos ha sido una obra de arte y para usted un auténtico desastre. Muchas gracias.
R.- Muchas gracias. No una, me ocurre con demasiada frecuencia, no es la excepción sino la regla. Detesto Muerte en Venecia, que para la mayoría de la crítica en aquella época era una película intocable, una incontestable obra maestra. A mí me parece ridícula. Aunque el principio, con la música de Mahler acompañando a ese vaporetto que entra al atardecer en Venecia, sea una imagen memorable. Yo he vivido ese momento cientos de veces en la vida real. Pero sin la banda sonora de Mahler y sin anhelos de retozar con efebos menores de edad.
P.- Hola Carlos! Vi “La vida de Adelle” hace ya varios meses y sigo deshecho. Volvere a encontrar el amor puro y genuino o estoy destinado como su protagonista a ser un adulto devastado?
R.- Usted sabrá. El tema de la segunda oportunidad siempre ha sido muy popular en el cine. Pero no a todo el mundo le llega. Y hay otros que cuando llega la vejez descubren que han tenido no una segunda oportunidad en eso del amor, sino múltiples. Y que todas ellas acabaron en fracaso. Pero que les quiten el fracaso a esos bienaventurados. Pobre Adèle. Habrá hombres y mujeres en su vida, pero sospecho que se va a sentir siempre más sola que la una.
P.- Esta semana revuelta de los taxistas. ¿Usted es de los que le gusta que le den conversación o prefiere el silencio del conductor? Por cierto, que grande Travis en Taxi Driver. Un saludo y gracias por compartir este ratito con nosotros.
R.- Me paso la vida en los taxis, ya que no conduzco. Normalmente, prefiero el silencio. Nada más subir a un taxi, tengo la sensaciòn de saber de qué va su conductor. Y hay de todo. Cuando las sensaciones son chungas, no abro la boca. Y tampoco me despido. Ni dejo propina. Travis es un peligroso neurótico. No le confunda usted con un personaje épico. Es alguien enloquecido por la soledad. Y es fácil que el espectador se identifique con él en algunas cosas. A mí me ocurre. He visto más de cien veces esa película. Es una obra maestra. Siempre me conmociona, aunque me la sepa de memoria. La editorial Taschen publicó un hermosísimo libro sobre ella hace un par de años. Se lo aconsejo.
P.- Hola, amigo. El cine me desespera. A veces pienso que nunca llegará a las profundidades que ha tocado la literatura con tanto éxito. ¿Acaso no es mucho más rico y profundo el análisis que hace Fitzgerald de Gatsby que, por ejemplo, el que hace Ford del hombre tranquilo? Y eso por no hablar de Kafka o Proust. Un saludo.
R.- Pues no. Pueden provocar ambos sensaciones igual de maravillosas. El gran Gatsby no es la novela que más amo de Fitzgerald. Y por supuesto, prefiero a considerable distancia la alegría que me provoca Ford en El hombre tranquilo a la tristeza del texto de Fitzgerald sobre esas personas que vieron la luz verde en el semáforo de sus ilusiones y no consiguieron atravesarlo. El hombre tranquilo es una de las cinco películas que más amo de la historia del cine. Suave es la noche tal vez sea una de las 20 novelas que prefiero en la historia de la literatura. Y Fitzgerald casi siempre toca mi alma con esa prosa incomparable, cargada de sentimiento y de lucidez.
P.- Ande, mójese y écheme una mano con la porra de la oficina, que se me acaba el tiempo. ¿A quién pongo de primero, segundo y tercero? Gracias.
R.- España, Argentina y Alemania. Se habrá dado cuenta en mi respuesta del acojone que me provoca Brasil. Por eso hago exorcismo con él. La final de la Copa Confederaciones fue para echarse a temblar. Pero aunque Brasil quedara campeona, solo sería una sombra de lo que durante tanto tiempo fue el maravilloso fútbol brasileño.
P.- Buen jueves, Sr. Boyero. ¿Qué opinión le merece como actor Benedict Cumberbatch? Me encanta como actúa en Sherlock, pero el otro día vi la última peli de la saga de Star Trek, y me pareció que su villano era más que digno (aparte de guapérrimo). Un beso para usted, guapo.
R.- Es un actor cojonudo. Tiene algo especial, empezando por una voz espléndida. Siempre me resulta inquietante. Me parece el actor más estimulante que ha salido en los últimos años. Junto a Michael Fassbender.
P.- Resulta parecer que al final todos morimos… Un profesor mío decía que la poesía ayuda a sobrevivir,¿ para que crees tú que sirve el cine, la literatura, si los gusanos comerán a todos igual sin ningún escrúpulo?
R.- ¿Pues para qué va a servir? Para vivir, para alegrar la existencia. A mí qué coño me importan los gusanos. Que se diviertan como quieran con mi cadáver. Y no le voy a recomendar a usted ese precioso poema de Jorge Manrique titulado Cartas a la muerte de mi padre. No se lo merece.
P.- Carlos… ¿a quién tiene pensado donar su biblioteca y videoteca cuando deje este mundo? Me gustaría ver el lugar donde tiene sus libros y películas. Viendo el Humphrey Bogart que tiene en la entrada de su casa y que apareció en una entrevista, debe ser una casa muy interesante…
R.- Si fuera usted una señora muy atractiva, en otra época -claro-, me hubiera encantado enseñarle los tesoros de mi casa. Desde hace bastantes años regalo los libros que leo, algo que en otro tiempo me hubiera parecido imposible. No hay hueco ya en mi biblioteca para ellos. Necesitaría una casa cuatro veces más grande. Y no estoy para cambios. Me siento muy viejo. Toda mi casa está llena de libros, discos y películas. Pero hace mucho tiempo que casi no escucho música, algo que me preocupa porque fue algo que me alimentó durante mi existencia. Ese increíble muñeco de Bogart me da la bienvenida al abrir la puerta de mi casa. Y le sigo queriendo, aunque ya no entre colocado. Por lo demás, mi casa se cae a pedazos. La reforma tendría que ser absoluta. O sea, tirarme siete u ocho meses fuera de ella. Y eso me produce una pereza terrible. Al final, solo me quedaré con mis películas. Por cierto, me estoy enrollando mogollón con su pregunta. Soy la persona menos secreta que conozco. Soy un bocazas.
P.- Buenos días, hace unas semanas le vi muy joven en el documental %u201CUn cine como tú en un país como este%u201D, cuénteme algo sobre aquella época, me hubiera gustado escuchar también sus impresiones. Por cierto, y sin ironías, ha mejorado mucho con los años. Un abrazo.
R.- Nos reíamos mucho. Sé que antes me parecía bastante a Paul Newman y que ahora soy más Brad Pitt. Qué le vamos a hacer, cosas del tiempo.
P.- Hola Carlos. Ahora que estás dejando el tabaco, ¿qué piensas del sucedáneo, vapear? ¿no es como cambiar una mujer por una muñeca hinchable?Saludos
R.- Sueño que fumo. Ni siquiera dormir supone una liberación. Ocupa mi cabeza todo el rato. Y encima, mis castigadas arterias tampoco agradecen mi abstinencia. ¿Usted cree que yo soy una persona de sucedáneos? Hace 40 años mis amigos me dejaron una muñeca hinchable en mi cama el día de mi cumpleaños. Y los muy cabrones estaban esperando ver mi reacción desde la terraza. Se jodieron. Al parecer llegué tan borracho que tiré la muñeca contra la pared y me quedé frito inmediatamente. Jamás he practicado esos rituales de consuelo. Amo la carne y los huesos de las mujeres. Si hablara de su inteligencia y de su corazón sería un farsante. Y afortunadamente nunca me faltaron. Aunque a veces hubiera que pagar.
P.- Hola Carlos. La semana pasada dijiste que te gustan los de Podemos. Una de sus propuestas es la de tocarle el dinero a los “ricos” y “repartir la riqueza”. ¿Crees que tú podrías ser uno de esos ricos a los que les limpien la cuenta corriente?
R.- Que lo intenten. Los gaseo. Yo no soy rico, pero le aseguro que lo mío es mío. Y me cae muy bien esa gente. Y me alegro mucho de su triunfo. Y no sé cómo me caerán después de verles ejercer el poder. Pero qué bonitas son siempre las rebeliones en la granja. Aunque todas acaben perpetuando lo que intentaron combatir.
P.- Carlos, me gustaría saber, en los puentes de madison ¿habría usted abierto la puerta del coche? Gracias por su sinceridad.
R.- Me hubiera quedado dentro. Y hubiera llorado el resto de mi vida.
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